"Contra reloj". Así trabaja el equipo médico del hospital Carlos III en la búsqueda de alternativas para tratar al religioso Manuel García Viejo, enfermo de ébola, cuyo estado continuaba siendo "grave" ayer, según ha informado la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, a la que pertenece.

Los médicos actúan con la "cautela" de saber que esta enfermedad no tiene un tratamiento específico y que los que hay son todos experimentales, señaló el doctor Fernando de la Calle, del servicio de Medicina Interna del Carlos III y miembro del equipo que asiste al paciente.

García Viejo, director médico del Hospital San Juan de Dios de Lunsar (Sierra Leona), llegó el lunes a España repatriado por el Gobierno.

Desde entonces, está siendo tratado con "medidas de soporte vital para intentar mantener adelante los diferentes órganos", lo que se hace con cualquier otro paciente con una enfermedad grave, dijo De la Calle. Entre tanto, los médicos están estudiando qué tratamiento aplicarle, dado que están agotadas las existencias del suero experimental Zmapp.

Más de un millón de personas podrían verse afectadas por el virus en enero si no aumentan los esfuerzos por contener la enfermedad en África Occidental, advirtieron ayer los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

En una conferencia de prensa en la ciudad de Atlanta, en el sur de EEUU, las autoridades sanitarias explicaron que entre 550.000 y 1,4 millones de personas podrían contagiarse en los países más afectados si no se toman medidas adicionales.

Las proyecciones de los CDC se basan en un informe realizado en agosto pasado, antes de que el Gobierno de EEUU aprobara el envío de 3.000 soldados a África Occidental, donde han muerto ya al menos 2.803 personas a causa del virus del Ébola.

"La importancia de aplicar rápidamente programas efectivos no puede ser enfatizada suficientemente. Lo que nos advierte el hallazgo de este modelo es el enorme costo de una demora", explicó Thomas Frieden, director de los CDC. El informe señala también que las cifras proyectadas se podrían revertir si al menos un 70% de las personas infectadas con el virus fueran tratadas en condiciones adecuadas en centros médicos.

"Necesitamos tomar dos caminos de aproximación: aumentar los centros de tratamiento de ébola lo más rápido posible y temporalmente proveer el mejor tratamiento posible fuera de esos centros de tratamiento", indicó Frieden. Parte de esos esfuerzos ya se han empezado a aplicar con el entrenamiento por parte de personal de los CDC a los equipos locales que tendrán a su cargo la labor.