El verano ha dejado 223 víctimas mortales en las carreteras españolas, diez menos que en julio y agosto de 2013 (una reducción del 4%) y la cifra más baja desde 1960 -año en que comenzó la estadística-, cuando el parque automovilístico y el número de conductores eran notablemente menores que en la actualidad.

Pese a este descenso, los datos de la siniestralidad en las vías interurbanas en lo que va de año no son tan positivos, ya que a 31 de agosto el número de fallecidos ascendía a 730 frente a los 723 de los primeros ocho meses del pasado año.

El ministro del Interior, Jorge Fernández, y la directora general de Tráfico, María Seguí, dieron cuenta de todos estos datos, que contabilizan los fallecidos en vías interurbanas a las 24 horas del siniestro. Ambos reconocieron su especial preocupación por el incremento disparado de las víctimas de accidentes de furgonetas.