Investigadores de la Unidad de Deterioro Cognitivo del hospital cántabro de Valdecilla han constatado alteraciones cognitivas asociadas al consumo excesivo de alcohol de forma ocasional en fines de semana, que son mayores entre aquellos jóvenes que se iniciaron antes.

Es el mayor estudio de estas características realizado hasta la fecha y corrobora las hipótesis que apuntan otros trabajos que han analizado los efectos del botellón, pero además, apunta ese efecto "acumulativo", que acentúa sus consecuencias cuantos más años se lleva bebiendo de esta manera.

El trabajo ha comprobado que los jóvenes con un patrón de consumo excesivo de alcohol en fines de semana son más lentos al resolver tests cognitivos. Quienes refirieron un consumo excesivo de alcohol en fines de semana (unos 60 gramos de alcohol en dos horas, equivalente a unas siete cañas) eran más lentos para resolver las pruebas, y más aún los que se iniciaron más jóvenes.