El modesto aforo que convocó Bruce Springsteen en su reciente paso por Las Palmas de Gran Canaria y la suspensión de importantes conciertos y festivales en las Islas han confirmado que la crisis también hace mella al sector, donde hay quien comienza hablar del "pinchazo" de otra burbuja.

Así lo han asegurado representantes de Live Nation, Bembé Producciones, Maldito Rodríguez o LM Producciones, que, sin embargo, no coinciden a la hora de explicar las causas de la incertidumbre instalada en el sector tras lo ocurrido con el concierto del ''Boss'' en Gran Canaria, para el que se vendieron más de 22.000 entradas, frente a las 46.000 habilitadas para su primera cita con las Islas.

La discreta respuesta de público al recital de Springsteen del pasado día 15, coproducido por LM Producciones y Doctor Music con un coste de 2,5 millones de euros, abocó de inmediato a la promotora canaria a aplazar el Rock Coast Festival, que iba a suponer, esta misma semana, el desembarco en Tenerife de Iggy Pop, Fatboy Slim, Marilyn Manson, Orbital y cincuenta bandas locales.

Estos acontecimientos no solo han afectado a la cuenta de resultados de LM Producciones, que aún evalúa las pérdidas "muy considerables" que ha tenido con estos dos eventos, sino que han sembrado duda sobre el futuro de la producción musical en Canarias.

Para el responsable de Bembé Producciones, Juan Francisco Suárez, compañía de Gran Canaria que promueve conciertos de pequeño formato en las islas, con artistas como Bebo Valdés y Diego El Cigala, en 2003, o Russian Red, en su actual gira, lo ocurrido con Springsteen y el Rock Coast Festival está muy relacionado con la crisis, "que impide a una pareja gastarse 120 euros en un concierto".

También cree que este pinchazo está relacionado con la ausencia de ayudas públicas con las que muchas empresas estaban acostumbradas a funcionar para tener la máxima rentabilidad y que, con el tiempo, seguirán viviendo de la producción musical en Canarias "los que están en ello porque les gusta, y no los que se han apuntado a una burbuja artística que la crisis está desinflando".

Live Nation admite que la crisis "se nota" pero no impide que "vayan bien, y con aforos cubiertos entre un 60 y un 70 %", giras como la que promueve de Luis Miguel este año en España -aunque su cita en Gran Canaria se cancelara en el último momento por "problemas logísticos de desplazamiento"-, o que se vendan 55.000 entradas a 60 euros y se logre "llenar" el Vicente Calderón con Coldplay, como ocurrió el 20 de mayo.

La productora canaria Maldito Rodríguez trae este año a Sting por segunda vez a Canarias, en esta ocasión a Tenerife, con su gira "Back to Bass", tras el éxito del concierto que el británico ofreció en 2011 en Gran Canaria.

Con un aforo de 13.000 localidades, de las que ha vendido por ahora 6.200, a Maldito Rodríguez no le "asusta" este concierto, que tendrá lugar el 30 de junio, y para el que confía hacer "sold-out".

Su director lamenta que en Canarias "no haya un sector" de la producción musical, "sino una serie de gente haciendo cosas" de forma independiente, a la que, en su opinión, la crisis económica "ha cogido con una posición de desventaja respecto al territorio peninsular", ya que la lejanía de las Islas encarece en un 35 por ciento los costes de un concierto.

Así lo cree también Leopoldo Mansito, jefe de producción de LM, quien advierte de que las instituciones se equivocan al no colaborar con lo que ahora se ve "como una fiesta o un enriquecimiento de cuatro", porque en el concierto del ''Boss'' trabajaron 500 personas, en su mayoría sacadas de las listas del paro.

Maldito Rodríguez cree que el concierto de Springteen ha sido "la escenificación pública del pinchazo de la burbuja" y de una situación socioeconómica crítica, pero no el producto de un trabajo mal hecho por parte de LM Producciones, ya que "la mayoría pensaba que se agotarían las entradas", lo que, según asegura Mansito, habría ocurrido "hace seis meses o en cualquier otro año".