El Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC), adscrito a la consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, realizó durante 2011 un total de 108.122 pruebas diagnósticas por imagen, un estudio que facilita al profesional médico indicios con los que poder elaborar una valoración más completa y un diagnóstico exacto de determinadas patologías, como por ejemplo, el cáncer.

Así, en la cartera diagnóstica y de alta tecnología que el HUNSC ofrece a sus usuarios se encuentra la ecografía, que a diferencia de la radiografía utiliza ultrasonidos que no exponen al paciente a radiación ionizante. En este sentido, el año pasado se realizaron 60.770 ecografías en el HUNSC.

Además, se contabilizaron alrededor de 30.000 tomografías computarizadas, en concreto, 29.916 TC. Las unidades TC son equipamiento también de alta tecnología que emplea rayos X para reconstruir imágenes del interior del cuerpo humano. Estas herramientas de diagnóstico se utilizan, entre otros casos, para detectar cánceres, hemorragias internas, fracturas óseas o signos de enfermedades cardiacas.

Al grueso de pruebas diagnósticas por imagen se suman las 8.058 resonancias magnéticas realizadas en el HUNSC. La resonancia magnética, al igual que las unidades de TC, permiten reconstruir imágenes del interior del cuerpo humano pero sin usar radiaciones ionizantes, siendo una herramienta muy útil en multitud de patologías.

Por último, se efectuaron más de 9.000 mamografías, una prueba específica para la detección y localización de patologías de la mama.

Si bien las pruebas complementarias diagnósticas por imagen ofrecen numerosas ventajas en el ámbito asistencial, éstas deben solicitarse solamente en aquellos casos en los que el especialista indique su utilidad real para concretar un procedimiento diagnóstico en un paciente, ya que la exposición a radiaciones ionizantes, como las producidas por el TC, pueden entrañar ciertos riesgos que son evitables.

Así, por ejemplo, "un TC de tórax equivale a la realización de 400 radiografías de tórax o también, a un poco más de tres años y medio de exposición a radiación natural de fondo que es la procedente de la atmósfera y de la Tierra", explicó la doctora María Luisa Chapel, jefa del servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del HUNSC.

"El modo más efectivo de proporcionar a los pacientes protección contra las radiaciones es evitar los exámenes radiológicos innecesarios y, por tanto, pacientes y profesionales deben conocer que la solicitud frecuente de este tipo de pruebas --y con mayor motivo en edades tempranas-- o la repetición de las mismas como complemento a tratamientos diagnósticos o terapéuticos, inciden directamente en la salud del usuario", apuntó la doctora.

Por ello, deben evitarse aquellas peticiones que no vayan a suponer una modificación en la pauta terapéutica de la patología a tratar, efectuar exclusivamente los estudios necesarios y si éstos proceden, llevarlos a cabo mediante procedimientos que impliquen bajas dosis de radiación o realizar estudios con las dosis mínimas necesarias para realizar el diagnóstico", concluyó Chapel.

Una completa historia clínica de los pacientes facilita a los facultativos dar con el diagnóstico y tratamiento adecuados, fomentando también la detección precoz y una mejor utilización de las pruebas radiológicas.