Viajar a un asteroide es todo un reto, pero conocer mejor su composición permitirá estar preparados para evitar un hipotético impacto contra la Tierra y abrirá el camino a Marte, según el geólogo de origen colombiano José Hurtado, miembro del programa "Desert RATS" de la NASA.

En una entrevista con Efe, Hurtado explicó ese programa reúne a expertos en diferentes materias y a astronautas de la NASA para hacer periódicamente trabajos de campo y probar las tecnologías y sistemas que se utilizarían para estudiar la superficie de la Luna, de Marte y de otros cuerpos rocosos, como un asteroide.

Hurtado subraya la importancia de viajar a un asteroide porque "no sabemos mucho sobre ellos". Han sido calificados como los restos que quedaron tras la formación del sistema solar, por eso "si entendemos esos materiales, entenderemos elementos muy importantes sobre la historia de nuestro planeta, de otros planetas y del Sol".

Otro de los motivos por los que cree interesante estudiar los asteroides "es porque pueden representar un peligro para la Tierra", señala el geólogo, que recuerda que periódicamente alguno pasan cerca de nuestro planeta y en el pasado impactaron contra él.

"Por eso es un peligro que queremos entender, conocer de qué materiales están hechos, lo fuertes que son y cuáles son sus propiedades, porque sabiendo esas características podemos diseñar métodos para desviarlos o destruirlos para prevenir que impacte", afirmó.

El científico apunta, además, que es "un gran desafío tecnológico, que mejorará y facilitará nuestra habilidad para volar en el espacio profundo, y esas lecciones las utilizaremos para volar a Marte".

Hurtado acaba de participar en una reunión de tres días en el Centro Espacial Johnson en Houston (EEUU), en la que probó, junto con el astronauta Benjamin Alvin Drew, el vehículo de exploración multimisión de exploración espacial (MMSEV).

"La idea es que los centros de la NASA prueben el equipo, el vehículo, las herramientas, los trajes espaciales y todas esas cosas, en una misión simulada para estar mejor preparados para la exploración humana y robótica", explica a Efe.

Su trabajo como geólogo y como miembro del equipo "es dar un contexto científico realista para los diferentes escenarios de misión que estamos probando", por algunas pruebas que se realizan en el desierto de Arizona donde se pueden encontrar rocas similares a las que se esperan en futuras misiones en Marte, la Luna o un asteroide.

"Utilizo mi experiencia como geólogo para ayudar a los astronautas y también a los ingenieros a entender cómo podríamos hacer ciencia en un lugar como ese", señaló el científico, quien agregó que se prueban qué herramientas necesitarían para trabajar con unos materiales similares.

La tripulación también experimenta la condiciones para vivir en esas condiciones durante tres días o una semana y cuántas personas son necesarias para hacer el trabajo científico.

El MMSEV tiene una arquitectura flexible, lo que le permitirá cuando esté listo recorrer la superficie de un planeta sobre un chasis con ruedas, o volar en el espacio activando sus sistemas de propulsión.

Hurtado calcula que falta aproximadamente una década hasta que el MMSEV pueda viajar en una misión real, pero asegura que con las mejoras que se han sugerido y el trabajo de campo que se está haciendo "un vehículo muy similar a éste será el que llegue hasta un asteroide".

Y sin duda, le gustaría ser uno de los primeros científicos en llegar hasta allí, por eso ha enviado su solicitud a la NASA para que consideren su candidatura para la próxima promoción de astronautas que está reclutando la NASA.

"Me encantaría ir en esa misión, me gustaría muchísimo", confiesa el científico, que espera recibir una respuesta en dos meses para saber si ha entrado en el proceso de selección al que optan más de 3.000 aspirantes.

El presupuesto, que durante los últimos años se ha mantenido congelado para la NASA, "es siempre una cuestión", opina, aunque confía en que mientras se tengan claras las directrices a seguir la agencia espacial "continuará realizando logros importantes".

La próxima prueba para "Desert RATS" está programada para agosto, en la que se prevé que dos miembros del equipo pasen una o dos semanas en el vehículo y realicen una serie de acciones simuladas que las futuras tripulaciones llevarían a cabo en una misión real.