Los cirujanos orales y maxilofaciales han advertido hoy de que el casco integral, que protege también el rostro, puede salvar vidas en el esquí, ya que el 60% de las lesiones de la zona craneal podría evitarse si las personas que practican este deporte se protegieran la cabeza.

En esa misma línea, la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (ATUDEM) ha alertado sobre la obligatoriedad de usar el casco en niños y los beneficios de que también los adultos lleven esta protección.

"La velocidad que se alcanza supone un riesgo para el esquiador, que puede sufrir traumatismos irreversibles", ha subrayado la directora de ATUDEM, Paloma García Pachá.

Y es que la mayoría de las lesiones graves se producen en los huesos faciales, según ha precisado la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), que ha difundido un estudio publicado este mes por la Universidad de Innsbruck (Austria).

Casi la mitad de los fallecimientos en pistas fueron producidos por traumatismos en la cabeza (46%), según la investigación publicada en el Wilderness and Enviromental Medicine, a partir de los datos de más de doscientos accidentes mortales ocurridos en los últimos cinco años.

Las principales causas de estos siniestros fueron la caída (41%), el choque contra un objeto sólido como una roca o parte de las instalaciones deportivas (35%) y la colisión contra otro esquiador (18%). La mayoría de los fallecidos fueron hombres (85%).

El doctor Joan Birbe, presidente de la Sociedad Catalano-Balear de Cirugía Oral y Maxilofacial, ha esgrimido que el uso generalizado del casco integral o de uno convencional con férula protectora, como las que llevan los jugadores de fútbol americano, podría evitar hasta el 60% de estas lesiones.

"Cada vez existe más conocimiento de la importancia de usar casco para proteger la cabeza", ha continuado este especialista, para advertir de que uno convencional "no protege de lesiones en la boca y la mandíbula, que en su mayoría son graves y pueden dejar secuelas".

A su juicio, aunque se pudiera pensar que los protectores de este tipo sólo son para los profesionales del esquí, que alcanzan velocidades de más de 100 kilómetros por hora, cualquiera puede sufrir un traumatismo grave.

El aumento del número de esquiadores y de practicantes de snowboard ha elevado el índice de accidentes. "El snowboard atrae generalmente a deportistas más jóvenes y por lo general más temerarios", ha explicado el doctor Arturo Bilbao, presidente de la SECOM.

El problema añadido de este deporte, ha agregado, "es que cuentan con menor capacidad de frenar para evitar chocar con otros esquiadores".

Bilbao ha dicho que, en el caso de los niños, la protección debe de ser extrema, como refleja otro estudio publicado este mes en la revista alemana de medicina deportiva Sportverletz Sportschaden.

Según este informe, la falta de entrenamiento y los excesivos riesgos en los descensos son las causas más importantes de los accidentes entre los esquiadores en edad escolar.

La investigación, llevada cabo entre 735 alumnos accidentados en pistas de esquí de Alemania, concluye que la mejor manera de combatir las lesiones de esquí de los menores es mediante el calentamiento y la protección con el caso integral.