El debate sobre la energía nuclear ha estado ausente en la XVII Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17) de Durban (Sudáfrica), apenas nueve meses después del desastre de la central japonesa de Fukushima.

El pasado 11 de marzo, un terremoto de 8,9 grados y el consecuente tsunami, con olas de 10,2 metros de altura, provocaron un accidente en la central japonesa de Fukushima, desatando la mayor crisis atómica en el país desde las bombas de Hiroshima y Nagasaki, en 1945.

La fusión de los núcleos de los reactores provocó el aumento de la radiación en las inmediaciones de la central y cerca de 200.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares.

El peor accidente nuclear desde el desastre de Chernobil (en 1986 en Ucrania, antigua URSS) obligó a la Unión Europea a convocar una reunión de emergencia para evaluar la seguridad de sus centrales.

Las manifestaciones de protesta en Alemania llevaron a la canciller germana, Angela Merkel, a anunciar el cese de la producción de energía atómica en el país antes de 2022.

Nueve meses después, el debate sobre la viabilidad de la energía nuclear, una de las fuentes carentes de emisiones de gases de efecto invernadero, está ausente en la COP17.

Ninguna delegación realizó declaraciones al respecto y ni siquiera las organizaciones ecologistas emitieron comunicados sobre los planes nucleares, la seguridad en las plantas o la gestión de sus residuos radiactivos.

"Esta no es una cumbre sobre energía sino sobre clima. Pero es una parte del parque energético en un buen numero de países y es una energía que no tiene emisiones. Es bastante raro que no se haya mencionado", aseguró el martes en Durban la directora ejecutiva de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), María van der Hoeven.

"Desde una perspectiva global, creo que el desastre de Fukushima no tendrá un gran impacto", comentó.

"Hemos visto -agregó la responsable de la AIE- que Alemania ha decidido abandonar la energía nuclear a partir de 2022, y a la vez hay un ambicioso plan de renovables. Eso parece ser una oportunidad para las renovables a largo plazo, pero, a corto plazo, supondrá más uso de carbón, petróleo y gas".

Japón, uno de los países exportadores de tecnología nuclear, acude a Durban arrastrando aún las consecuencias del desastre de Fukushima y con una fuerte oposición popular a la energía atómica.

"De 54 reactores que tenemos, solo 10 funcionan en este momento", explicó el embajador japonés en Sudáfrica, Toshiro Ozawa, en un encuentro informal con periodistas en la COP17.