Un estudio realizado por investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona apunta que aunque se lleguen a conocer todos los genes importantes para una enfermedad en particular, quizá no se pueda predecir qué le pasará a cada persona en base únicamente a la información de su genoma.

Este equipo ha estudiado cómo las variaciones en la expresión de genes pueden ayudar a predecir si un individuo desarrollará o no una enfermedad, que en muchas patologías puede llegar a matarle, se indica en una nota de prensa del CRG sobre este trabajo que publica mañana la revista Nature.

Los resultados del estudio indican que estas variaciones pueden influir de manera importante en el fenotipo de animales y que su medición ayuda a predecir con mayor fiabilidad la probabilidad de presentar un fenotipo anormal, como por ejemplo, el desarrollo de una enfermedad, explican los autores de este trabajo.

Los investigadores del CRG realizaron su estudio utilizando como modelo el gusano Caenorhabditis elegans, debido a la simplicidad de este organismo microscópico, muy usado en biología y el primer animal en tener su genoma totalmente secuenciado.

Que un individuo que posee determinadas mutaciones pueda desarrollar la enfermedad mientras que otro con las mismas no lo haga es un hecho evidente incluso si se compara a dos gemelos monocigóticos -con genomas idénticos- donde la misma mutación tiene efectos distintos.

Desde principios del siglo XX se ha estudiado el papel que tienen las mutaciones y el ambiente (hábitos de consumo, estilo de vida, entre otros factores) en el desarrollo de enfermedades.

"Sin embargo, las diferencias genéticas y el ambiente no son suficientes", explica Alejandro Burga, investigador del estudio.

"Hemos aprendido en la última década, estudiando organismos muy simples como bacterias, que la expresión de los genes -el grado de activación o represión de un gen- varía mucho entre individuos, incluso en ausencia de variación genética y ambiental", apunta el investigador.

Dos células nunca son exactamente iguales y a veces estas diferencias tienen en su origen un componente azaroso.

Dado que la composición genética y el ambiente son insuficientes para saber si una mutación afectara o no a un individuo, los investigadores desarrollaron una metodología para medir estas pequeñas diferencias en la expresión de genes "in vivo".

El reto no fue sólo el desarrollo de un método para medir estas pequeñas diferencias sino también para predecir qué genes son relevantes para cada mutación, indica Ben Lehner, coordinador del estudio y Profesor Investigador ICREA en la unidad de Biología de Sistemas del European Molecular Biology Laboratory-CRG.

"Tanto en gusanos como en humanos, los genes cooperan y se ayudan mutuamente para realizar funciones dentro de la célula. Unos pocos genes son muy ''generosos'' y ayudan a cientos de otros en muchos procesos distintos, mientras que otros sólo ayudan a unos pocos a desarrollar tareas más específicas. La clave para realizar mejores predicciones radica en medir las variaciones en la expresión de ambos tipos de genes", afirma Lehner.

Para poder desarrollar una medicina personalizada y predictiva será también necesario considerar el grado de variación en que los genes son activados y reprimidos en cada persona.

La investigación se realizó con fondos del European Research Council, Institució Catalana de Recerca i Estudis Avanzats (ICREA) y el Ministerio de Ciencia e Innovación.

La importancia del gusano Caenorhabditis elegans la demuestra el hecho de que en los últimos años, el premio Nobel se ha otorgado en tres ocasiones distintas a investigadores que usaron esta especie en sus trabajos.