El doctor Marcos Gómez Sancho, galardonado el viernes por el Gobierno con la Medalla de Oro al Trabajo, ha dicho hoy que la medicina paliativa se enfrenta al reto de ser una especialidad y un servicio que se oferte "de forma universal".

Así lo ha manifestado el director de la Unidad de Medicina Paliativa del Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín con motivo del galardón con el que se ha reconocido su "conducta socialmente útil y ejemplar" en el desempeño de su profesión, un premio que el creador de esta unidad, inaugurada en 1989, dedica a los profesionales que trabajan en ella y a su familia, "quienes más han sufrido su dedicación absoluta".

Gómez Sancho, uno de los padres de los cuidados paliativos en España, ha admitido que "los comienzos fueron extraordinariamente difíciles", pero cuando han pasado más de veinte años desde que comenzó a trabajar, le satisface ver cómo se han desarrollado estos tratamientos, aunque asegura que todavía queda mucho por hacer.

Así, el médico afirma que la creación de una especialidad o de un área de capacitación específica de los cuidados paliativos "es la única forma de que haya una consolidación laboral de los profesionales que los desarrollan".

Gómez Sancho también ha considerado que hay que seguir haciendo hincapié para conseguir la universalización de los cuidados paliativos en España "porque hay comunidades autónomas donde la atención es muy escasa", lo que ha calificado como "un escándalo y un reto de las autoridades".

El doctor ha destacado que los cuidados paliativos no son exclusivos de los enfermos de cáncer, sino que también pueden beneficiar a afectados por insuficiencias orgánicas pulmonares o cardíacas, enfermos de cirrosis, a los aquejados de demencias muy avanzadas y, en menor medida, los niños que padecen enfermedades incurables por las que mueren.

Además de abogar por la creación de una especialidad de la medicina que desarrolla desde 1989 en el Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria, Marcos Gómez cree que su enseñanza debe extenderse a todas las universidades públicas españolas, como ocurre, gracias a su empeño, en la de Las Palmas de Gran Canaria, ya que en la actualidad sólo la ofertan "media docena".

Gómez Sancho se ha vanagloriado de que "se haya disparado el consumo de morfina" para aplicar los cuidados paliativos en enfermos de cáncer, algo que cuando él comenzó a trabajar no se utilizaba, lo que hacía que la gente muriera con dolor, y se ha conseguido tanto "porque se le ha perdido el miedo" como por los cambios legislativos que han disminuido las trabas burocráticas que existían para recetarla.

Gómez Sancho, nacido en Segovia en 1948 comenzó a interesarse por la medicina paliativa a raíz de una lesión de columna que le provocaba fuertes dolores, según ha destacado hoy al informar de su galardón la Delegación del Gobierno en Canarias en un comunicado.