El general jefe de la Jefatura Fiscal y Fronteras de la Guardia Civil, Gregorio Guerra, se mostró ayer partidario de mantener el dispositivo desplegado en Senegal y Mauritania para el control de la inmigración, pese al descenso que se ha producido en el flujo hacia Canarias.

Guerra destacó a un grupo de periodistas, con motivo de la sexta Conferencia Policial Euroafricana que se celebra hasta mañana en la capital grancanaria, que el hecho que de ahora no exista inmigración hacia las costas canarias no quiere decir que no la pueda haber en el futuro. El general consideró que la línea fronteriza de Canarias está bien cubierta con los medios desplegados y los acuerdos suscritos con países emisores como Senegal, Mauritania y Marruecos.

Explicó que los emigrantes se están desplazando por el centro de África hacia las costa de Marruecos y Argelia, para desde estos países tratar de llegar a las costas españolas y de Italia.

Guerra indicó que para resolver este nuevo problema se están adoptando medidas con Marruecos y Argelia, con el fin de que la inmigración subsahariana disminuya, pero además ha dicho que sería preciso que los acuerdos de colaboración financiados por la UE se extiendan a países como Mali, Níger o Guinea Bissau.

En Canarias, en 2006, hubo una "crisis muy fuerte" y se tomaron medidas acertadas con los países emisores como Senegal, Marruecos y Mauritania, que fueron muy productivas. Estos países han entendido el problema y se han creado cauces de colaboración policial y de otro tipo a través de los ministerios de Interior y Exteriores.

De hecho, la llegada de cayucos a las islas prácticamente ha desaparecido y solo arriban pateras de las costas más próximas y el número de inmigrantes que alcanza el archipiélago es pequeño.

De los 32.000 inmigrantes que llegaron a la islas en 2006 en más de 600 cayucos y pateras se ha pasado a 303 en lo que va de año, subrayó la delegada del Gobierno en Canarias, Dominica Fernández.