El Rey ya descansa en el Palacio de La Zarzuela tras haber sido intervenido con éxito de una rotura del tendón de Aquiles en el Hospital USP San José de Madrid en la madrugada del lunes. Esta es la segunda vez en tres meses que el monarca pasa por el quirófano ya que en junio se le implantó una prótesis en la rodilla derecha, razón por la que se le ha visto este verano en varias ocasiones utilizando muletas.

Don Juan Carlos se encuentra en buen estado de salud después de que haya sido intervenido quirúrgicamente de una rotura del tendón de Aquiles izquierdo y ya está descansando en el Palacio de la Zarzuela.

La intervención, que se ha llevado a cabo con éxito por el doctor Ángel Villamor, director de la Unidad de Traumatología y Recuperación avanzada del centro y Director Médico de la Clínica iQtra, ha sido realizada bajo anestesia epidural y se ha basado en la reparación de dicho tendón mediante cirugía abierta de reconstrucción y refuerzo con auto-injerto y plasma rico en factores de crecimiento.

Según el médico estomatólogo Eduardo Anitua, director científico del BTI Biotechnology Institute, centro pionero en España en el uso de esta técnica, este tipo de intervenciones permiten acortar "incluso a la mitad" el tiempo de recuperación del paciente y evita las recaídas ya que "mejora la calidad de la reparación de los tejidos dañados".

Así, el tejido destruido es sustituido por tejido nuevo, de forma natural, pero en mucho menos tiempo que con los tratamientos tradicionales y, al utilizarse el plasma del propio paciente, nunca se desarrolla una reacción alérgica o rechazo al proceso.

Además, Anitua ha explicado que confía en que el Rey pueda hacer vida normal "en menos de tres meses", aunque en una lesión de este tipo, la recuperación puede variar en función de la edad, el grado de daño y la capacidad de respuesta del paciente.

Como ya informaron fuentes de la Casa Real el pasado 1 de septiembre, Don Juan Carlos sintió un pinchazo en la pierna izquierda durante una cena a la que asistió en el club naútico de Palma de Mallorca a principios de agosto.

Tras ello, los médicos decidieron inmovilizarla con una bota ortopédica especial, con la que se le pudo ver durante la visita del Papa Benedicto XVI a mediado de ese mes con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

Pero esta no es la única intervención a la que se ha sometido el monarca. A principio de junio, el Rey tuvo que pasar por el quirófano para una artroplastia en la rodilla derecha, por la que tuvo que estar hospitalizado varios días, además de hacer sesiones de rehabilitación durante algunas semanas, razón por la que Don Juan Carlos tuvo que utilizar muletas.

"LO QUE OS GUSTA ES MATARME Y PONERME UN PINO EN LA TRIPA TODOS LOS DÍAS"

El doctor Villamor también fue el encargado de la operación para la implante de una prótesis en la rodilla. En esta ocasión, la intervención consistió en "retirar las superficies articulares deterioradas y sustituirlas por prótesis" de materiales como titanio, cromo, cobalto y tantalio, según explicó el médico.

Para su recuperación, Don Juan Carlos tuvo que utilizar muletas durante dos o tres semanas para ayudarse a caminar, además de sesiones de rehabilitación para poder reanudar su actividad física habitual hasta esta nueva lesión en el talón.

Tras la operación de rodilla, Su Majestad se encontraba con muy buen humor, en contraste con el enfado que mostró ante algunos periodistas un día antes de hacer pública la intervención: "Lo que os gusta es matarme y ponerme un pino en la tripa todos los días en la prensa", en referencia a las especulaciones por su estado de salud.

Además de estas dos operaciones, el Rey ha pasado por quirófano en diversas ocasiones como consecuencia de lesiones deportivas, problemas de varices y para extirparse un nódulo pulmonar que resultó benigno.

Y es que las molestias en la rodilla tienen su origen en un accidente que sufrió en el invierno de 1991 practicando esquí y que le llevó al quirófano cuando un esquiador le derribó involuntariamente en Baqueria Beret.

También en la nieve, esta vez en la estación suiza de Gstaad, el Rey tuvo otra caída que le provocó una fisura en la pelvis y tuvo que guardar cama un mes y llevar muletas durante semanas. Como consecuencia, se le detectó una fibrosis que le extirparon en 1985.

Otro percance relacionado con el deporte sucedió en 1981 cuando, jugando al squash, Don Juan Carlos chocó con una puerta de cristal que da al jardín del Palacio de la Zarzuela, lo que le provocó heridas en varias partes del cuerpo y por lo que tuvo un mes el brazo escayolado.