La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia se convirtió ayer en un hervidero de jóvenes trasladando en carritos sus ordenadores y montando sus equipos informáticos para que estén a punto esta noche antes del encendido oficial de la Campus Party, que este año celebra su XV edición.

La Campus Party, que se celebra este año en el Ágora y en el Museo Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes, es "el mayor evento de tecnología e internet del mundo, en ciencia, innovación, creatividad y ocio digital", y reunirá en esta edición a unos 6.500 participantes, según explicó el cofundador y director general del evento, Pablo Antón.

Antón señaló que este año se va a incidir, especialmente, en la formación y, en este sentido, destacó el "tremendo esfuerzo" realizado para tener una "parrilla de contenidos impresionante", con "casi 400 horas de formación". "Es como un máster acelerado de tendencia, tecnología e internet", ha resaltó.

En esta edición, agregó Antón, se busca "intentar hacer emerger el talento", ya que se han dado cuenta de que la Campus es "uno de los mayores eventos de concentración de talentos del mundo", que hay que aprovechar y que los campuseros "saquen partido". Por ello, se han programado "muchas actividades" encaminadas a "hacer emerger ese talento y ponerlo a disposición de la sociedad".

Al respecto, comentó que hay campuseros que han encontrado empleo en la Campus Party, pues hay "muchos ojeadores de empresas", y casos como el de Pau García, "que ahora es el coordinador de la zona de innovación, tiene su propia empresa y es uno de los jóvenes emprendedores más prometedores de España".

El recinto dispondrá de 160 kilómetros de cable y un ancho de banda de diez gigabytes, el mismo que el año pasado, pero que, gracias a un uso más inteligente, los participantes podrán tener velocidades diez veces superiores a las de la edición anterior.

Sin embargo, la velocidad no es lo importante en Campus Party, es algo "residual", ya que la gente ya tiene en casa velocidad suficiente para descargarse cosas o jugar online, según Antón.

En este sentido, el director indicó que la gente no va a la Campus por la velocidad, sino por otras cosas, como para "vivir su fiesta y su pasión -como los moteros lo hacen con las concentraciones de motos-, por sus contenidos, para poder tener oportunidades de empleo y para divertirse y pasárselo bien".

Los campuseros intentaban instalarse esta mañana si bien algunos de ellos, como José Miguel, ya estaban disfrutando de su pasión: los simuladores de vuelo. Este joven destacó el hecho de que la Campus Party ofrezca medios tecnológicos a nivel ancho de banda para "montar vuelos en grupo con muchísima gente de fuera", y también que sea una oportunidad para que las personas que sólo se conocen de foros o de jugar online, se vean en persona.

En el área de simulación, los participantes intentan recrear los vuelos de la manera más real. Así, disponen de "mandos reales de aviones reales" o mandos de gases con todos los elementos clicables.

Aunque abundan los chicos, cada vez son más las mujeres que se dejan caer por este evento. Es el caso de Salvadora y Mónica, que llevan siete años participando en la Campus. "Los primeros años había menos, pero ahora ya somos bastantes y ya no es tan raro ver a una chica por aquí", comentó la primera de ellas.

Los jóvenes vienen de todos los puntos de España. Para Juanma, de Málaga, es la primera vez y lo que busca es encontrarse con la gente con la que habitualmente charla en el ordenador, "echar un rato de juegos" y, especialmente, "aprender y sacar el máximo provecho posible de las conferencias".