El ingeniero técnico forestal Javier Blanco Fernández calificó de preocupante las cifras de superficie afectada por incendios en Canarias durante las últimas cuatro décadas. "Si se excluye la superficie quemada durante 2007, tenemos una media entre 1968 y 2010 de 1.710 hectáreas por año, que se agrava en el último lustro en el que ha habido cuatro años que han sobrepasado de forma holgada la media".

Javier Blanco, que intervino en el curso ''Los bosques en las islas Canarias: Valores, mitos, gestión y retos'', explicó que pese a la existencia de algún año con un pico de número de incendios casual, la tendencia anterior al 2003 era ligeramente al alza, con una media de 55 incendios por año, y que a partir del 2003 el número de incendios sube de forma alarmante con una media de 134 incendios por año, hasta el 2007 donde se invierte la tendencia.

Este cambio, en su opinión, es consecuencia de la mayor labor de concienciación y a la alarma poblacional generada durante los grandes incendios forestales de Tenerife y de Gran Canaria. No obstante, señaló que la cifra de incidencias sigue siendo muy elevada.

Para Javier Blanco, los incendios forestales han pasado de ser una emergencia forestal con consecuencias más o menos dañinas para el entorno medioambiental, a ser una emergencia de protección civil "en donde se nos plantea el reto de concienciar a la sociedad para hacerla copartícipe de su propia seguridad junto con la ayuda de las diferentes administraciones".

Por ello, entiende que la defensa del monte canario frente a incendios forestales debe ser un cometido compartido entre las administraciones y los propietarios particulares. "Las administraciones públicas están obligadas a trazar líneas directrices en políticas de protección civil y de protección del medioambiente que deben seguir tanto las propias administraciones y organismos públicos como propietarios y particulares".

Javier Blanco manifestó que la situación forestal ha cambiado en los últimos años y que hemos de ser capaces de ver el antepenúltimo escalón del proceso, que no último. "Hay que ser conscientes del cambio, hemos pasado de una sociedad que tenía una fuerte dependencia energética del entorno forestal a un éxodo y abandono del medio rural. Y en la actualidad, se quiere que la política forestal tienda a potenciar el entorno medioambiental como atractivo socio cultural y destacar la multifuncionalidad de las masas forestales canarias".