Los españoles tienen un "riesgo medio" de sufrir una enfermedad cardiovascular, pero el abandono de la dieta mediterránea y los hábitos poco saludables parecen estar empujando a la población de este país a convertirse en un conjunto de gordos, sedentarios, hipertensos y fumadores.

Así lo revela el estudio Enrica sobre nutrición y riesgo cardiovascular, el primero que se ha elaborado en España recabando muestras biológicas y realizando exámenes físicos entre una población de 12.000 adultos, además de mediante las tradicionales encuestas a los participantes en sus domicilios.

Los investigadores principales han sido los doctores José Ramón Banegas y Fernando Rodríguez-Artalejo, de la Universidad Autónoma de Madrid, quienes explicaron ayer que la milenaria dieta mediterránea ha concedido a España una salud cardiovascular "moderadamente buena" que se ve ahora amenazada por nuevos factores.

Así, coincidieron en que las malas prácticas nutricionales han causado que el 62% de la población tenga actualmente sobrepeso y que el 23% sea directamente obeso, cuestiones que definieron como "graves problemas de salud".

Otro aspecto preocupante es el sedentarismo, porque solo el 14% de los españoles lleva una vida activa. De hecho, dedican 14 horas semanales a ver la televisión, siete se las pasan delante del ordenador y otras ocho en actividades que implican estar sentado.

El tabaquismo sigue siendo "muy elevado" en España ya que casi tres de cada diez habitantes fuman (28%), la mayoría a diario y sólo un 13% ocasionalmente, y hasta el 25% de la población es exfumadora.

Banegas comentó que los ciudadanos consumen una dieta mediterránea "evolucionada", excesivamente rica en carne y otros productos con mucha grasa de origen animal, y solo un pequeño porcentaje alcanza los consumos recomendados de verduras, hortalizas, frutas, leches y derivados.

No obstante, el 12% de la población cambió su dieta en el último año. El principal motivo que tuvieron para ello fue su deseo de adelgazar.

Una vez más, la televisión inunda la vida de los habitantes de este país, dado que el 66% declara que come o cena con ella cinco o más días a la semana.

El 33% de los ciudadanos son hipertensos pero poco más del 20% de los afectados están bien controlados y uno de cada dos adultos tiene el colesterol alto. Únicamente la mitad de los hipercolesterolemios tratados están controlados, apostilló el investigador.

El 7% de los españoles padece diabetes, otro de los factores biológicos de riesgo cardiovascular, pero ocho de cada diez ni siquiera saben que lo son. Finalmente, el 69% de los tratados están controlados; es decir, menos de la mitad (47%) de todos los diabéticos.

La mayoría de los españoles conoce varios síntomas de ataque al corazón y de ictus, pero el 60% ignora que "sentirse débil, con sudor frío o náuseas" puede ser una señal de ataque al corazón. Además, el 40% desconoce que un ictus puede manifestarse como "dolor de cabeza fuerte y repentino, sin causa justificada" o "la pérdida repentina de visión en uno o ambos ojos".

Ambos expertos convinieron en que en la población española persisten "importantes desigualdades socioeconómicas" en la salud cardiovascular. Por ejemplo, el porcentaje de hombres fumadores es más alto en los que tienen estudios primarios y secundarios que en los que tienen formación universitaria y, en las mujeres, la frecuencia de abandono del tabaco es menor en las que tienen niveles educativos más bajos.