Los vehículos pesados de transporte de mercancías matriculados a partir de mañana deberán portar en su contorno un dispositivo reflectante que permitirá percibir en condiciones nocturnas o de baja visibilidad el perímetro de su parte trasera y laterales.

La nueva señal, denominada V-23 y que costará entre 160 y 200 euros, será obligatoria para los camiones de más de 7,5 toneladas, con una anchura superior a 2,10 metros y una longitud de más de seis metros.

También los remolques y semirremolques de un peso superior de 3,5 toneladas tendrán que llevar el distintivo que está prohibido para los turismos y remolques y semirremolques con un peso máximo de 750 kilos.

Los vehículos pesados matriculados con anterioridad a mañana y los autocares podrán llevar instalado la señal reflectante, aunque de forma voluntaria.

No obstante, la Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda su instalación que podría reducir en un 30 por ciento los accidentes en los que están involucrados camiones y que al año superan los 15.000 siniestros.

Las bandas adhesivas, de material retroreflectante, tendrán cinco centímetros de ancho y deberán ser amarillas o rojas en la parte trasera del vehículo, y blancas o amarillas en los laterales.