Los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) acordaron ayer aplazar tres años más la decisión de fijar una fecha para destruir las últimas muestras del virus de la viruela, una enfermedad erradicada en 1980.

Tras varios días de intensos debates en el seno de la Asamblea Mundial de la Salud que se celebra en Ginebra, los países no lograron llegar a un acuerdo para fijar una fecha de destrucción de esos virus que sólo quedan almacenados en sendos laboratorios de Rusia y Estados Unidos.

"La buena noticia es que se ha alcanzado un consenso en el sentido de que reafirmamos la decisión de que el virus debe ser destruido", algo que ya se acordó en 1986, dijo a la prensa Pierre Formenty, jefe de la sección de Patógenos Emergentes y Peligrosos de la OMS. Pero agregó que "se ha decidido que la discusión sobre la fijación de una fecha tendrá lugar en la Asamblea Mundial de la Salud de dentro de tres años".

Esta era la cuarta vez en el último cuarto de siglo que los representantes de los 193 Estados miembros de la OMS abordaban la cuestión de la destrucción del virus de la viruela.

Las discusiones tienen lugar entre los partidarios de la destrucción, que abogan por deshacerse cuanto antes de esos virus alegando el temor de que caigan en manos de terroristas, y los favorables a guardarlos aún con fines de investigación científica.

Formenty reconoció que "las antiguas vacunas que permitieron la erradicación de la viruela ahora ya no se podrían utilizar" porque se ha demostrado que tienen efectos secundarios peligrosos.

Por ejemplo, añadió, "no se podrían administrar a personas con el sistema inmunitario deprimido, como es el caso de los seropositivos", lo que dejaría fuera a grandes poblaciones en países con altas tasas de sida.

"Por eso se necesita una nueva vacuna, y las que se están desarrollando han pasado todas las pruebas" excepto la de experimentar en animales vivos, algo que actualmente no satisfaría las directivas en materia de fabricación.

El experto reconoció que la única posibilidad de que la viruela reapareciera sería si alguien tuviera acceso a las muestras guardadas, y recordó que una vuelta natural de la viruela es imposible pues el virus ya no está presente en la naturaleza ni en el hombre u otras especies animales. Sólo quedan muestras guardadas celosamente en dos laboratorios de alta seguridad: en Atlanta (EEUU), que tiene más de 400, y en Koltsovo (Rusia), donde se almacenan 120.

"Pero algunos países nos comunican cada año que tienen informaciones de grupos que podrían tener acceso a esos almacenes, siempre hay esos rumores", señaló.

Durante las discusiones, Rusia y EEUU reiteraron sus posiciones favorables a guardar algún tiempo más los virus con fines de investigación. "Creemos que hay que seguir con las investigaciones científicas en torno a la viruela. La destrucción de los virus vivos sería irreversible", dijo el representante ruso. También llamó la atención sobre la posibilidad de que existan reservas ilegales de virus en lugares no autorizados.