Tres estudios científicos recientes han puesto en cuestión la seguridad para la salud de los alimentos transgénicos, entre los que destaca el realizado por investigadores del Hospital Universitario Sherbrook, en Quebec, que han encontrado presencia de toxinas producidas por cultivos transgénicos en sangre de mujeres embarazadas y también en los fetos.

Este estudio, publicado por la revista científica Reproductive Toxicology, analizó muestras de

sangre de mujeres embarazadas, de cordones umbilicales y de mujeres no embarazadas.

Los resultados muestran que la proteína tóxica insecticida Bt

Cry1Ab estaba presente en el 93% de las mujeres embarazadas, el 80% de los cordones umbilicales y el 67% de las mujeres no embarazadas.

La fuente más probable de esta presencia es el consumo de alimentos transgénicos, aunque los científicos aún especulan sobre los efectos que esto podría tener para la salud, puesto que ese no era el objetivo de su estudio.

Los datos muestran que las proteínas Bt procedentes de los cultivos transgénicos sobreviven en el sistema digestivo y pasan a la sangre, algo que las autoridades siempre han negado.

Los resultados cuestionan la validez del proceso de evaluación de estos alimentos y apuntan a "los posibles efectos inesperados y preocupantes que generan los alimentos modificados genéticamente".

Los otros estudios, de la Universidad de Oporto y de la Rovira i Virgil, respectivamente, muestran la relación entre la financiación y los resultados en los estudios sobre riesgos para la salud de los transgénicos, ya que la mayor parte de los informes favorables son subvencionados por las empresas productoras.