Las consecuencias provocadas por la publicación de los cables diplomáticos estadounidenses filtrados por la organización Wikileaks no han acabado todavía, pese a que en principio pareciera que "no pasó nada", aseguró hoy el subdirector del periódico "El País", José Manuel Calvo.

Como parte de un encuentro internacional de periodismo y actualidad, enmarcado dentro de la Feria del Libro de Bogotá, Calvo mantuvo una conversación con el informador colombiano Sergio Ocampo sobre "Los Wikileaks y el periódico El País de España".

"Ha habido informaciones que han abierto puertas que aún no se han cerrado, a dónde llevarán no lo sabemos aún, a lo mejor llevan a cosas buenas", apuntó Calvo.

En ese sentido, señaló que quizás a partir de ahora los políticos y empresarios del mundo dejarán de acudir ante las embajadas de EEUU con una actitud "un poco humillante", cediendo ante las presiones norteamericanas, como descubrieron algunos de los 250.000 documentos filtrados por Wikileaks.

"A lo mejor se hace una política de mayor transparencia, a lo mejor ha habido revelaciones que conducen a otros cambios fuertes importantes, o a otras crisis, yo creo que vamos a verlos", agregó.

Aunque Calvo se mostró escéptico y consideró que "los secretos van a seguir en activo", indicó que, del mismo modo, las filtraciones también lo harán.

A finales del año pasado la organización Wikileaks concedió a El País, The New York Times, The Guardian, Le Monde y Der Spiegel un paquete con 250.000 cables que contenían las comunicaciones secretas entre las embajadas de EEUU y el Departamento de Estado del país norteamericano.

De momento sólo se han publicado el 1% de esos documentos, con informaciones que revelan, por ejemplo, que el Gobierno de EEUU utilizó la prisión de Guantánamo de forma ilegal para obtener información de sus reclusos.

Una de las consecuencias que generó la publicación de estos documentos fue, por ejemplo, que la embajadora de EEUU en Quito, Heather Hodges, fuera declarada persona non grata e invitada a dejar Ecuador por unos cables secretos acerca de la Policía ecuatoriana.

Además, Carlos Pascual renunció el 19 de marzo como embajador estadounidense en México, tras el escándalo que produjeron algunos de los cables con comentarios suyos no muy positivos sobre la lucha contra el narcotráfico en el país.

Aunque oficialmente no hay vinculación entre la renuncia y los cables filtrados por el portal Wikileaks, es significativo que el presidente de México, Felipe Calderón, criticase la "ignorancia" de Pascual y los "graves daños" causados a la relación entre México y EEUU por los pronunciamientos del diplomático.