La Consejería de Sanidad ha puesto en marcha un protocolo para la atención integral del paciente con fibromialgia, patología cuyo origen se desconoce, y que afecta a unas 6.000 personas en el Archipiélago.

La directora del Servicio Canario de la Salud, Juana María Reyes, y la directora general de Servicios Asistenciales, Hilda Sánchez, presentaron hoy el documento, con el que se pretende mejorar la atención que se presta a estos pacientes, tanto desde un punto de vista físico como psíquico.

Juana María Reyes recordó que la fibromialgia es un síndrome de origen desconocido que se caracteriza por un dolor muscular y esquelético crónico y generalizado, síntomas a los que también se les puede sumar una fatiga intensa, alteraciones del sueño y del afecto, trastornos cognitivos, parestesias de las extremidades , rigidez articular, cefaleas y sensación de tumefacción en manos.

La directora del SCS destacó la dificultad del diagnóstico de este síndrome, que padece el 2,4 por ciento de la población, debido a que no hay una prueba diagnóstica concreta que lo determine, y subrayó que en muchas ocasiones los pacientes peregrinan de un lado a otro hasta que por fin les es diagnosticada.

Apuntó que son las mujeres las más propensas a desarrollar esta esta patología, la prevalencia máxima se produce entre los 40 y 49 años y ocupa el 15 por ciento de las consultas de reumatología y del 5 a 10 por ciento de las de Atención Primaria.

Reyes recordó que la fibromialgia no está considerada una enfermedad sino un cuadro con síntomas pero apuntó que en una reciente reunión en la Unión Europea se ha acordado considerar enfermedades todos aquellas síndromes que conlleven un dolor crónico.

En su opinión, el hecho de que no esté considerado una enfermedad da lugar a que no se le de la suficiente transcendencia cuando en los casos extremos, puede llegar a ser invalidante.

La directora general de Programas Asistenciales, Hilda Sánchez, afirmó que se trata de una patología incurable y el objetivo de la administración sanitaria con este protocolo es poner en marcha todo todas las medidas necesarias para paliar el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente.

En la redacción de este protocolo han participado reumatólogos, rehabilitadores, traumatólogos, médicos de familia, especialistas de de la unidad del dolor, psiquiatras, psicólogos, médicos de medicina del trabajo y salud laboral, asistentes sociales y asociaciones de pacientes.

Sánchez explicó que se trata de, además de ahondar en el conocimiento de la fibromialgia, dar una atención multidisciplinar al paciente para que este mejore su calidad de vida y tratar aquellos síntomas asociados con la enfermedad como pueden ser los trastornos del sueño.

Además, el protocolo incluye un análisis del tratamiento que se aplica en cada caso, dependiendo del grado de la sintomatología.