Sentado en su despacho, con sotana blanca, el papa Ratzinger, de 84 años, contestó a siete preguntas provenientes de diferentes partes del mundo, en las que también pidió la pacificación de Costa de Marfil, el respeto de los cristianos en Irak y la reconstrucción de ese país. Con voz suave, el pontífice mostró su solidaridad a una niña japonesa de siete años que ha vivido la experiencia del terremoto y posterior tsunami que han sacudido a Japón y le reconoció que "no es justo" que los niños sufran mientras en otras partes otros viven muy cómodos, pero afirmó que sabe que Jesús sufrió como ellos lo hacen ahora "y está de vuestra parte".

Aunque no se trató de preguntas-respuestas en directo, ya que habían sido grabadas previamente, se ha tratado de un diálogo televisivo sin precedentes, que demuestra, según el diario vaticano "L''Osservatore Romano" que en cuestiones de comunicación, la iglesia y el papa están "en la vanguardia". El formato de la entrevista, realizada por el programa de la televisión publica italiana RAI "A sua immagine" fue similar al famoso "Tengo una pregunta para usted" y siguió el mismo esquema que se usa en las entrevistas que concede el papa a los periodistas que le acompañan en el avión en los viajes por el mundo: se le envían las preguntas y después las responde ante los informadores.

Aunque no es la primera vez que el papa responde preguntas a los fieles, ya que lo ha hecho en encuentros con jóvenes, con niños, con sacerdotes, etc., sí es la primera vez que lo ha hecho en televisión y sin esquivar algún tema y explicando de la manera más sencilla la resurrección de Cristo y la relación fe-razón. Aseguró a una madre italiana que tiene un hijo en coma vegetativo desde hace dos años que el alma del joven no le ha abandonado y sigue presente en el cuerpo, y que, si bien puede parecer que está "escondida", siente en profundidad el amor de los padres, aunque no entienda los detalles, las palabras.