Miles de personas asistieron ayer en la plaza de San Pedro del Vaticano a la procesión de las Palmas del Domingo de Ramos, que fue presidida por el papa, Benedicto XVI, y con la que se abren los ritos litúrgicos de la Semana Santa.

El pontífice, revestido de ornamentos rojos, presidió la procesión de las palmas y ramas de olivo en la plaza de San Pedro hasta llegar al atrio de la basílica para oficiar la misa solemne de las Palmas y de la Pasión del Señor.

Los ramos de olivo portados tanto por los cardenales que abrían la procesión como por los fieles procedían de la residencia papal de Castel Gandolfo, en el sur de Roma. Benedicto XVI se desplazó en "papamóvil" y bendijo las palmas mientras se acercaba al altar, desde el que, tras la procesión, comenzó la solemne misa.