Una tercera loba del zoo de Barcelona logró ayer saltar la valla electrificada de tres metros de altura de su recinto cuando iba a ser apresada para trasladarla de lugar, aunque cayó en un lugar donde los cuidadores estaban preparados para capturarla y no pudo escaparse.

La loba "Penélope" y una de sus hijas, ya adulta, se habían escapado el pasado miércoles de su recinto saltando la valla al asustarse por la presencia de un antílope en una instalación contigua.

Según han confirmado fuentes del zoológico barcelonés, el nuevo suceso ocurrió sobre las ocho de la mañana de ayer, cuando los cuidadores entraron en el recinto para capturar a la tercera loba, que también es hija de "Penélope", y trasladarla a otro lugar con el objetivo de inspeccionar el lugar y evaluar las medidas que se tienen que adoptar en el recinto para que los lobos no puedan escaparse.

La operación se había planificado el miércoles por la tarde para llevarla a cabo a primera hora de la mañana de ayer jueves, con el parque zoológico cerrado al público.

Al ver a los técnicos aproximarse con salabres, jaulas y otros utensilios con la intención de cogerla, la loba dio un brinco espectacular y superó la valla, pero cayó en un lugar donde se habían colocado los cuidadores, que la atraparon al momento.

Las cinco lobas del zoo de Barcelona están ahora repartidas en otros recintos, algunas en una zona de los felinos que estaba vacía, a la espera de poder retornar a su recinto específico una vez se adopten las medidas correctoras, entre ellas alzar aún más la valla electrificada para que sea imposible superarla con un salto.

Los técnicos del parque no descartan además implementar alguna medida de seguridad más y, según las mismas fuentes, su intención es llevarlas a cabo lo antes posible para poder reunir de nuevo a la familia de cánidos, que llegó al parque zoológico de Barcelona a finales del año pasado procedente de Francia.

El pasado miércoles, la fuga de Penélope y una de sus hijas provocó el cierre del parque durante más de una hora y que los aproximadamente 900 visitantes que estaban en el recinto, entre ellos 17 grupos escolares, fueran confinados en diversos espacios seguros con la asistencia del personal del zoológico hasta la captura del animal.