Si no se asiste de forma inmediata a una persona que ha sufrido una parada cardiorrespiratoria, sus posibilidades de sobrevivir se reducen en un diez por ciento cada minuto que pasa sin ser atendida.

Lo advierte la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en un comunicado en el que subraya la importancia de intervenir de manera rápida y eficaz ante estos casos, según el protocolo marcado por las Guías de Práctica Clínica de Reanimación Cardio-Pulmonar de 2010.

La SEC explica que durante el primer minuto transcurrido tras la parada cardíaca las posibilidades de sobrevivir si se comienza una reanimación básica, sin esperar al personal especializado, son del 70 por ciento, aunque solo el cinco por ciento recibe este tipo de asistencia.

La probabilidad de supervivencia va reduciéndose un diez por ciento sucesivamente cada minuto que pasa sin realizar compresiones torácicas, debido a la falta de oxígeno a la que está expuesto el cerebro durante el tiempo que dura la parada cardíaca.

Además, el riesgo de sufrir una lesión cerebral también aumenta un diez por ciento cada minuto y puede provocar hemiplejia, déficit de memoria, de habla de o de movilidad de manera temporal e incluso irreversible. Según las guías publicadas, tras el infarto de un individuo es imprescindible confirmar la inconsciencia y la falta de respiración.

La causa más frecuente de la pérdida de conciencia es una lipotimia, que se puede distinguir de un infarto porque en la primera persiste la respiración y se recupera el conocimiento en menos de dos minutos.

Ante la sospecha de un infarto, se deberá llamar al teléfono de emergencias 112 y, lo antes posible, se procederá a realizar cien compresiones torácicas por minuto, obviando en principio las ventilaciones, al menos hasta que llegue el personal sanitario.