El Papa Benedicto XVI dijo ayer que "la Iglesia no teme la persecución" a la que a veces se ve sometida, al tiempo que hizo un llamamiento a la paz entre personas "de cualquier religión o cultura", con motivo de la celebración de la jornada internacional por la intercesión de la paz en Tierra Santa.

"Demasiadas personas deciden usar la violencia para imponer sus propias ideas políticas o religiosas. Debemos querernos como hermanos, a cualquier religión o cultura a la que pertenezcamos", defendió el Pontífice, tras el rezo dominical del Ángelus. Asimismo, el Papa aseguró que "la Iglesia no teme la pobreza, el desprecio, la persecución en una sociedad que a menudo se siente atraída por el bien material y el poder mundano".

Por otra parte, se refirió a las Bienaventuranzas y defendió que "son un nuevo programa de vida para liberarse de los falsos valores del mundo y abrirse a los verdaderos bienes". Por ello, sostuvo el religioso alemán que "no se trata de una nueva ideología, sino de una enseñanza que viene desde lo alto y toca la condición humana", precisó Benedicto XVI.

El Santo Padre estuvo acompañado en esta ocasión por dos jóvenes de la asociación Acción Católica, uno de los cuales fue designado para leer un mensaje por la paz, y liberaron dos palomas blancas como símbolo de la paz.

Ratzinger también recordó que ayer se celebraba la Jornada Mundial de Enfermos de Lepra, a los que prometió una "especial oración", así como a todos los que les proporcionan cuidados. "La lepra por desgracia todavía golpea a muchas personas en condición de grave miseria", lamentó el sumo pontífice en la parte final de su mensaje dominical.