Investigadores canadienses y españoles han descubierto en los restos del Titanic una nueva especie de bacteria, la Halomonas titanicae, que está contribuyendo al deterioro del barco.

El descubrimiento fue realizado por los investigadores Henrietta Mann, de la Universidad de Delahousie (Canadá), y Cristina Sánchez-Porro y Antonio Ventosa, de la Universidad de Sevilla, en un "rusticle" del Titanic que se encuentra a uno 4.000 metros de profundidad.

"Rusticle" es el nombre dado a formaciones que parecen estalactitas pero que están creadas por la corrosión de metales en las profundidades marinas.

La Universidad de Dalhousie dijo a través de un comunicado que la bacteria Halomonas titanicae parece ser la responsable de la creación de los "rusticles" junto con otros organismos que aceleran la corrosión del metal.

El comunicado añade que el descubrimiento "revela un nueva amenaza bacterial al exterior de navíos y estructuras sumergidas de metal como explotaciones petrolíferas".

Pero también abre la puerta para que Halomonas titanicae pueda ser utilizar para reciclar el metal de viejos barcos y explotaciones petrolíferas.

"Creemos que Halomonas titanicae juega una parte en el reciclado de estructuras de hierro a ciertas profundidades. Esto podría ser útil para el desmantelamiento de viejos navíos y plataformas petrolíferas que han sido limpiados de toxinas y hundidos en el océano" explicó Mann.

Una de las preguntas que se han planteado los investigadores es si la bacteria estaba presente en el Titanic antes de su hundimiento, el 15 de abril de 1912, o si es exclusiva de este pecio.

"No sabemos todavía si esta especie llegó al Titanic antes o después de su hundimiento" añadió Mann.