YA ESTAMOS en la recta final del año 2010. Un año muy difícil para muchas familias que se han visto abocadas a demandar la ayuda de Cáritas para comer, para vestirse, para pagar el alquiler, el transporte de sus hijos al colegio, para los libros y material escolar al inicio de curso, incluso para poder comprar el medicamento que le ha recetado el médico para la gripe del niño.

"Ayúdenme porque mi esposa, mi hijo y yo estamos pasando hambre. Pero, sobre todo, ayúdenme para conseguir un empleo… Búsquenme un trabajo de lo que sea". Es la frase más común que se oye en los servicios de Atención de Base de Cáritas. Pero, en contra de lo que se puede pensar, no nos hacen esta petición personas muy mayores, que también, sino jóvenes. Sí, muchos de aquéllos que dejaron el hogar paterno para independizarse y poder constituir una familia. Desgraciadamente, y en muchos casos, se han visto obligados a regresar al hogar de los padres que dejaron con total ilusión y esperanza en el futuro… un futuro truncado por mor de la crisis que nos ahoga.

Y esto ¿qué significa? Especialmente, ¿qué significa para las personas que están en situación de máxima exclusión?

El proceso de modernización económica en las últimas décadas, que hizo que España creciera a los niveles más altos de la Unión Europea, no conllevó una situación mejor de los hogares con menos recursos. En el año 2006, España tenía la tasa más elevada de pobreza infantil de la Unión Europea; hoy, Canarias, según Unicef, un 40%. La pobreza sigue afectando a una quinta parte de los hogares españoles; tenemos en nuestra tierra una tasa entre un 3% y un 5% de pobreza extrema.

Y ya estamos en Navidad. Una fecha en la que no debemos olvidar a nuestros hermanos más desfavorecidos. Son tiempos de compartir… incluso lo necesario, y la Navidad también lo es. No nos olvidemos de quienes, si no tienen para poder cubrir sus necesidades más básicas cualquier época del año, mucho menos tendrán oportunidad de disfrutar de la fiesta navideña. Por eso pedimos su apoyo no sólo en estas fechas, sino también a lo largo de todo el año. Les recuerdo que sus aportaciones para la labor de Cáritas en las misas de los primeros domingos de mes y vísperas, día de Corpus, inscripción como socios colaboradores y otro tipo de donación van destinadas a cubrir esas demandas en las Cáritas parroquiales y arciprestales. Pero también apoyan la misión que tenemos con las personas acogidas en nuestras casas, como el colectivo de los sin techo-sin hogar, familias, mujer, enfermos de VIH/sida, mayores, inmigrantes…

Lamentablemente, no sólo 2010 ha sido un año muy duro, sino que el venidero 2011 se nos presenta aún peor. Conocemos y somos conscientes de los recortes que se están haciendo en todos los sectores y los que se harán el próximo año. Recortes que a Cáritas le afectan como a todo el mundo y, por tanto, repercutirán en las personas que atendemos desde los proyectos específicos, así como al personal contratado por la entidad. Vamos a procurar que esa afectación sea la menor posible, fundamentalmente hacia las personas que se benefician de esos servicios. Pero si tenemos como bandera la austeridad y el gasto responsable, ahora nos tendremos que implicar aún más en llevar a cabo esas medidas de ahorro que revertirán por otro lado en las mejores ayudas y servicios destinados a quienes servimos en las casas de acogida.

El pasado día 28 de noviembre fue el "Día de los sin techo"; una fecha en que, bajo el lema "Nadie sin derechos. Nadie sin hogar", recordamos a este colectivo tan visible en las calles, plazas y parques de nuestro Archipiélago. Muchas son las causas que generan la exclusión o situaciones de vulnerabilidad que pueden dar lugar a ella. Desde luego, una persona sin hogar, un "sin techo", que no tiene acceso a una vivienda, a participar, a trabajar, a formarse, a cuidar su salud o enfrentar sus adicciones, se encuentra en el ámbito más severo de la exclusión: no existe, no está, es invisible.

Amigas y amigos, en estos momentos Cáritas les necesita más que nunca. Esos recortes en las subvenciones hacen que solicitemos su ayuda con más fuerza. Confiamos en ustedes y por eso mi personal gratitud, porque sé que nos van a apoyar. No olviden que muchos granos de trigo conforman un espléndido granero. Muchas gracias.

de Tenerife