Este viernes entran en vigor nuevas reglas para los productos de medicina china que se venden en Hong Kong, un territorio conocido por su larga tradición en este tipo de medicina, debiendo retirarse de la venta todos aquellos que no hayan obtenido una licencia, lo que afecta a uno de cada tres brebajes.

De los alrededor de 16.700 productos a la venta, sólo 11.280 han conseguido licencias temporales para mantenerse en los comercios, en un proceso de registro que comenzó en 2003. De éstos, sólo un 15 por ciento ha logrado licencias permanentes, informó el diario local "South China Morning Post".

Numerosos operadores de pequeño tamaño explican que no pueden hacer frente a los altos costes de laboratorio (unos 10.000 euros por producto) que prueban si los brebajes son seguros para el consumo y si producen los efectos que anuncian para el tratamiento de determinadas dolencias.

Mientras que otros se quejan de que el proceso para obtener la licencia es lento y que el departamento de Salud hongkonés no entiende algunos detalles de los medicamentos chinos.

Las licencias de carácter temporal son otorgadas cuando se demuestra que los productos son seguros tras unas pruebas de residuos de pesticidas, metales pesados y límites microbianos; siendo las de carácter permanente (hasta el momento sólo se han aprobado 9) las que también pasan el corte de calidad (vida útil del medicamento, ingredientes y método de fabricación) y el de eficacia.

Además, desde el primero de diciembre de 2011, se exigirá a todos los productos de medicina china un etiquetado que detalle ingredientes, país de origen, número de registro y fecha de caducidad, entre otros, con indicaciones en el interior del modo de empleo y efectos secundarios.

La multa a partir de este viernes, para todos aquellos que importen o vendan productos no registrados, ascenderá a un máximo de 10.000 euros y hasta dos años de prisión.