España, Colombia, Bélgica, Moldavia, Noruega y Portugal, firmantes de la Convención contra las Bombas de Racimo, han destruido en tres meses 176.000 bombas que contenían 13,8 millones de pequeños explosivos, según un informe de Human Rights Watch (HRW) presentado hoy en Bangkok.

"El avance que se ha logrado eliminando estas armas de la faz de la tierra ha sido extraordinario", indicó en una conferencia de prensa Stephen Goose, editor del informe y responsable de HRW.

Las bombas de racimo contienen en su interior cientos e incluso miles de mini-bombas que pueden matar en un radio de 15 metros y se mantienen activas durante más de 40 años, por lo que son altamente peligrosas para la población civil.

Los otros países en destruir este tipo de arsenal han sido Bélgica, Moldavia, Noruega, Colombia y Portugal.

Alemania (550.000 bombas de racimos armadas con 50 millones de mini-bombas) y el Reino Unido (190.000 bombas de racimo con 38 millones de pequeños explosivos) ya han comenzado a destruir sus arsenales.

La Convención, que entró en vigor el 1 de agosto, permite a los países firmantes conservar bombas de racimo que no excedan las 20.000 mini-bombas para investigación y entrenamiento, excepción a la que se han acogido Bélgica, Francia y España.

Más de un centenar de países firmaron en 2008 el tratado internacional, que ya han ratificado 38 naciones, mientras que los principales productores -Estados Unidos, China, Rusia, Israel, India y Pakistán- no se han unido al acuerdo.

Los países no firmantes acumulan bombas de racimo con un total de 146 millones de pequeños explosivos.

Entre el 9 y el 12 de noviembre, Laos acogerá la primera reunión de los países que han ratificado la Convención contra las Bombas de Racimo para consensuar un plan tanto para el desarme de los arsenales, así como la limpieza en zonas de conflicto o que lo sufrieron en el pasado.

Laos, bombardeado intensamente durante la "guerra secreta" de Estados Unidos en los años 70, es uno de los países donde muere más gente debido a las bombas de racimo.

Otros países afectados por estos letales explosivos son Vietnam, Camboya, Líbano y Afganistán.

En todo el mundo, estas bombas han herido y causado la muerte desde 1965 a más de 100.000 personas, un tercio de ellos niños, según la Coalición contra las Bombas de Racimo.

Desde el año pasado, el Fondo contra las Bombas de Racimo, creado para limpiar los restos de estos explosivos, ha recaudado unos 4,15 millones de dólares (10,3 millones de euros), en gran parte gracias a las donaciones del Gobierno de Estados Unidos.

"Estados Unidos insiste en defender su derecho a utilizar las bombas de racimo al tiempo que gasta mucho dinero en limpiar este desastre, y parece que no caen en que ambos están directamente relacionados", sentenció Goose.