El Colegio de ópticos de Canarias afirmó ayer que el 30 por ciento del fracaso escolar está relacionado con anomalías visuales e insistió en la importancia de tener una buena visión para tener un buen rendimiento académico.

Estos profesionales también destacaron ayer en un comunicado la importancia de que los niños cuenten con gafas que protejan sus ojos de la luz del sol, especialmente en un lugar como Canarias, donde se registra un alto número de horas de sol.

Con el curso escolar a punto de comenzar, el Colegio de Ópticos de Canarias hizo hincapié en la enorme importancia que tiene el hecho de que los niños cuenten con una buen visión, exenta de cualquier problema o deficiencia, para que puedan obtener un buen rendimiento escolar.

Los expertos recuerdan que, según las estadísticas, uno de cada cuatro niños en edad escolar sufre algún problema de visión sin diagnosticar y que alrededor del treinta por ciento del fracaso escolar está relacionado con anomalías visuales, de ahí la importancia del descubrimiento y el tratamiento precoz de cualquier deficiencia.

Con el comienzo del curso escolar se incrementan los estímulos y la información que reciben los niños, la cual llega, en su mayoría -alrededor del 80 por ciento-, a través de los ojos.

Es por ello por lo que resulta vital que los pequeños, coincidiendo con la vuelta al colegio, se pongan en manos de ópticos optometristas para que, al menos una vez al año, les hagan revisiones en establecimientos sanitarios de óptica, tal y como recomienda el Colegio Oficial de Ópticos de Canarias.

Según los responsables de esta entidad colegial, es muy importante que tomen conciencia, tanto profesionales, como padres y educadores, de la necesidad de una detección precoz de las deficiencias visuales en beneficio de una disminución de las cifras de bajo rendimiento e incluso de fracaso escolar.

En opinión de estos expertos, no resulta difícil detectar estas deficiencias, basta con observar el comportamiento del niño.

Los síntomas

Conductas tales como apreciar que siente escozor en los ojos o que lagrimea en exceso; frotarse los ojos o parpadear continuamente; fruncir el ceño cuando lee; torcer la cabeza o cerrar un ojo al leer; escribir con renglones torcidos; acercarse mucho a la televisión; salirse de los límites del dibujo al colorear o prestar escasa atención a las tareas son algunas de las señales claras de que el niño puede pertenecer a ese treinta por ciento de escolares que sufre algún tipo de problema de visión sin diagnosticar.

Debe tenerse muy presente que el niño cree que todas las personas que le rodean ven igual que él, por lo que si no ve bien es más que probable que no se queje, pues no es consciente de su problema de visión.