Miles de personas participaron en la tarde de ayer en el primer agasajo que rindió la Diócesis de Tenerife a la Cruz de los Jóvenes y el icono de la Virgen a su llegada al puerto tinerfeño, coincidiendo con la primera oportunidad que visita estas latitudes. Fue ahí donde el vicario general de la Diócesis de Canaria, Hipólito Cabrera, junto al responsable de la pastoral juvenil y diferentes jóvenes de Las Palmas entregaron esta particular "antorcha de la fe" que recorre la geografía internacional desde que Sidney (Australia) se la "pasara" a Madrid, ciudad donde se celebrará en 2011 la siguiente Jornada Mundial de la Juventud.

Poco antes de las cinco de la tarde de ayer, centenares de personas se dieron cita en la estación portuaria del Muelle de Ribera para recibir la Cruz de los Jóvenes. Pocas veces un objeto de estas características había despertado tanto interés. Jóvenes de las comunidades del Camino Neocatecumenal danzaron al ritmo de cantos como "Id y anunciad" o "Yo vengo a reunir" en la espera de la cruz que llegó en un barco de Fred. Olsen. Una vez atracó, bajó el furgón que portaba los elementos desmontados. La feligresía presente, en su mayoría jóvenes, rompieron a aplaudir en el mismo momento en que se procedió a pasar la cruz, incluso desmontada, del furgón en el que llegó al que recorrerá desde hoy la Diócesis de Tenerife.

Ya en la parte alta de la estación del Muelle de Ribera, donde se procedió al primer agasajo, el delegado de Pastoral Juvenil de la Diócesis de Tenerife actuó de maestro de ceremonia dando paso a la intervención de Adela Rodríguez Santana, quien hace 26 años participó en el primer encuentro de la juventud. Luego tomó la palabra Lucía Lombardía Padrón, del grupo de jóvenes de la parroquia de El Pilar y que habló en representación de la juventud tinerfeña, para trasladar su alegría por ser copartícipe de este momento histórico. A partir de ahí siguió una celebración que tuvo como eje central la proclamación de un evangelio, para luego invitar a los centenares de presentes a poder besar la Cruz de los Jóvenes y/o el icono de la Virgen. También intervinieron el delegado de la Juventud y el vicario general de la Diócesis Canaria para contar la experiencia allí vivida. "Estando yo entre la gente -contaba el vicario general-, una mujer le preguntaba a la otra: María, ¿y qué dice que es esto? Es la Cruz de los Jóvenes, que se la dio el Papa. ¿Y la tenemos aquí con nosotros?". De esta forma, invitaba a los feligreses a volcarse en esta visita, la segunda que realiza a una comunidad autónoma de España después de la última peregrinación por Madrid. A partir de ahora, una vez salga de Canarias, recorrerá el resto de la geografía nacional.

La Orotava se volcó

Poco después de las seis y media de la tarde, la comitiva partió desde el puerto tinerfeño hasta La Orotava, donde se produjo el recibimiento oficial, que incluyó el repique de campanas y hasta una exhibición pirotécnica. El furgón que trasladaba la Cruz de los Jóvenes llegó hasta la entrada del colegio de Los Salesianos, desde allí partió la comitiva en silencio, después de las canciones que interpretaron durante la espera. Los participantes recorrieron la calle de El Calvario, hasta llegar al templo de San Agustín. En el pórtico de la iglesia, el obispo de la Diócesis de Tenerife, Bernardo Álvarez, no ocultó no sólo su alegría sino hasta su emoción cuando recordó el paso de la Cruz de los Jóvenes por lugares tan recónditos como la "zona cero" de Manhattan, momento en el que no pudo evitar su emoción. También recordó el paso de esta "antorcha de la fe" por donde estuviera el viejo Muro de Berlín.

Tras el prelado, intervino un joven que contó su alegría por participar en este acto, dando paso al Vía Crucis que partió de la iglesia de San Agustín hasta la parroquia matriz de Nuestra Señora de la Concepción. Destacó la numerosísima participación de gentes de todas las edades, que se contaban por miles, así como el cuidado mostrado por la organización del acto, que se encargó de colocar banderolas con el anagrama de las próximas Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ Madrid 2011).

De San Agustín a La Concepción, se sucedieron tres estaciones del Vía Crucis, con sus respectivas meditaciones sobre el texto bíblico proclamado. Al término de este acto, la jornada inaugural del paso de la Cruz de los Jóvenes por la Diócesis de Tenerife concluyó con una solemne eucaristía de bienvenida, que comenzó después de que se emitiera un vídeo preparado para esta celebración. Esta visita coincidió con la clausura de la V ExpoVocacional que se celebró este año en La Orotava.

Hasta el próximo jueves, día 6, la Cruz de los Jóvenes visitará las cuatro islas de la Diócesis de Tenerife, lo que ha motivado la organización de diferentes actos, algunos de ellos tan significativos como la "tamborada" y la demostración de silbo gomero, en la Isla Colombina, o el baile de los danzarines de El Hierro, preparado por la organización de la Isla del Meridiano. En estos dos casos el éxito de la visita parece asegurado gracias a la alegría y la entrega demostrada durante los preparativos.

26 años después

La Cruz de los Jóvenes llega a la Diócesis de Tenerife 26 años después de que el entonces Papa Juan Pablo II se la entregara a los miles de participantes en la primera Jornada Mundial de la Juventud celebrada en la plaza de San Pedro, en Roma. No fue aquella una ceremonia religiosa más. Junto al Pontífice polaco, allí estaban la madre Teresa de Calcuta, el fundador de los focolares, así como del Opus Dei, alguno de ellos ya santos y otro en proceso de beatificación. En 2004, también Juan Pablo II, que falleciera el 2 de abril de ese mismo año, entregó el icono de la Virgen para que acompañara a la Cruz. Para los jóvenes, la cita es agosto de 2011, en Madrid.