La cifra es sólo aproximada, pero el hospital de La Candelaria calcula que desde 1992 ha ayudado a nacer a cerca de 70.000 niños. "Nuestra profesión es maravillosa", asegura Loly Pou, la supervisora de Paritorio de este centro hospitalario. "Ver las caras de alegría, de toda la familia, de cómo se lo comunican, de toda la familia, de como se ríen... Es muy, muy estimulante para ti como matrona", detalla. Porque su trabajo "no sólo es sacar al niño y venga otro más". Su labro profesional va "más allá". Tal vez sea por el especial vínculo que desarrollan con las embarazadas durante las horas del parto o por la alegría constante que se sucede en sólo en esta parte del hospital. Las matronas, además, son las que siguen los embarazos en los centros de salud, lo que significa que son los profesionales médicos que están más cerca de las pacientes. Pou reconoce que en muchas ocasiones son "psicólogas", escuchando a las mujeres y resolviéndolas todas las pequeñas dudas tan importantes que les puedan surgir.