La Armada de EEUU comenzó hoy a enviar equipos para ayudar en las tareas de limpieza y contención del vertido de petróleo en el golfo de México, declarado "catástrofe nacional".

Cerca de 21 kilómetros de barreras flotantes y siete sistemas de recolección de petróleo se han enviado a la base naval de Gulfport, en Misisipi, informó hoy el teniente Myers Vásquez, portavoz de la Armada.

Asimismo, la base conjunta de la Armada y la Fuerza Aérea en Pensacola, en Florida, distribuye líneas de barreras flotantes, lanchas de limpieza y equipos de bombeo, entre otros materiales para combatir la mancha, que la Armada aporta como parte de un acuerdo de colaboración con el Servicio de Guardacostas.

Además, el Pentágono ha asegurado que aportará todos los recursos que se le pidan para hacer frente al desastre.

El presidente de EEUU, Barack Obama, aseguró hoy que se utilizarán todos los medios disponibles contra la marea negra, incluido el posible recurso a las Fuerzas Armadas.

El portavoz del Pentágono, Geoff Morrell, indicó que el Departamento de Defensa evalúa cómo puede colaborar, incluida la posibilidad del envío de tropas para participar en las labores de limpieza una vez que la mancha toque tierra, lo que se espera que se produzca el viernes por la tarde.

El vertido comenzó tras la explosión e incendio de la plataforma petrolera "Deepwater Horizon", explotada por British Petroleum (BP), el pasado día 20.

BP aceptó hoy la oferta de ayuda del ejército de EEUU para controlar el derrame, que avanza a un ritmo de 5.000 barriles diarios, cinco veces más rápido de lo calculado inicialmente.

La empresa reveló la pasada noche que había detectado un segundo escape de petróleo en el pozo, a 1.500 metros de profundidad.

El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, ha declarado el estado de emergencia ante la inminente llegada de la mancha. Tan sólo en ese estado se han desplegado treinta kilómetros de barreras flotantes.

Ante el fracaso hasta el momento para obturar el pozo, el Departamento del Interior ha autorizado la excavación de un nuevo pozo en el mismo lugar, para facilitar la extracción del crudo y evitar que continúe saliendo de modo incontrolado.

No obstante, ha advertido que ello puede tardar hasta noventa días.

BP comenzó el miércoles las primeras quemas controladas de petróleo, para intentar reducir la mancha. El viento y las condiciones del mar han impedido reanudar hoy la operación, aunque las autoridades esperan retomarla el viernes.

Mientras continúan las tareas de contención y limpieza, las autoridades estadounidenses tratan también de determinar qué causó la explosión y el incendio de la plataforma, que había comenzado a operar el pasado enero y se había sometido a revisiones mensuales, la última de ellas dos semanas antes del incidente.