EL PUEBLO GITANO constituye la minoría étnica más grande de Europa y también la más vulnerable, y está presente en todas las naciones de Occidente. Son conocidos como gitanos, cinány, zíngaros, etc., aunque su nombre verdadero es "rom". En la actualidad, en Europa el pueblo gitano alcanza la cifra de 10.000.000, según la Internacional Roma Calendar de 1998.

Aunque hay pocos datos sobre la época que se pueda llamar como "prehistoria de los gitanos", existen dos textos persas que mezclan la historia y la leyenda. En el año 950 d.c., el historiador Hamza de Ispahán cuenta que llegaron a Persia 12.000 músicos gitanos, y, medio siglo después, el poeta y cronista Firdusi retoma esta misma historia. En cuanto a que su procedencia es India no ofrece en la actualidad duda alguna, situándose la migración en torno al año 1.000. Los textos citados hablan de la existencia de un movimiento migratorio que, saliendo de India, viajó a través de Asia en grandes oleadas a causa de las hambrunas, las invasiones de los hunos, los mongoles y los árabes, de las guerras y de los desórdenes, buscando una vida mejor.

En segundo lugar, según Sampson, la salida de los gitanos hacia Europa se produjo desde las orillas del río Indo, pasando por Afganistán, Persia y Mar Caspio hasta llegar a Armenia, Mar Negro y Turquía asiática. Una parte de ellos se dirigió a Palestina y Egipto bordeando la costa mediterránea hasta Gibraltar, entrando en España. Aunque se cree que los primeros gitanos llegaron a España a través de los Pirineos, según lo atestigua el primer documento que cifra su llegada en 1425, cuando el rey Juan II de Aragón les concedió una célula de paso a Juan y Tomás, que se hacían llamar Condes de Egipto Menor.

El período de persecución comenzó en 1499, con los Reyes Católicos, dictando la Pragmática que pretendía la asimilación del pueblo gitano, acorde con los modos de la época. Esta ley respondía a la política centralista, cultural y religiosamente homogeneizadora del nuevo Estado. La Pragmática exigía que los gitanos se asentaran y dejaran de ser errantes, que sirvieran a un señor y que tomaran un oficio; simultáneamente se les ordenaba que abandonasen su lengua, su forma de vestir, sus costumbres y sus relaciones. En caso contrario, serían expulsados en el plazo de dos meses.

Sin duda, uno de los episodios históricos más crueles que han sufrido los gitanos españoles se produjo en el 1749, cuando el rey Fernando VI dictó prisión general para ellos y 9.000 gitanos fueron detenidos, enviados a presidio, a arsenales y minas, donde permanecieron hasta 1763, fecha en que se ordenó su liberación

Es con Carlos III cuando se considera que los gitanos son españoles de derecho, abriéndose así una puerta a su integración. Sin embargo, para que este pueblo pudiera disfrutarlo debía de cumplir unas condiciones: entre otras, abandonar su forma de vestir.

En la actualidad, los gitanos están presentes en quince países de la Unión Europea (10.000.000 aproximadamente), destacando Rumanía, con 3.000.000, lo que supone el 9,15% de la población; seguida de España, con 500.000 ó 600.000 (fuentes: European Roma Rights Center, Minority Rights Groups, Centre de Rechergues Tsiganes y UNICEF). Por comunidades autónomas es la andaluza donde reside el mayor número de ellos, unos 300.000, lo que supone un 5% de su población, de ahí que en Andalucía se dice que no se sabe dónde acaba lo gitano y comienza lo andaluz. Le siguen Extremadura, Madrid, Valencia y Cataluña. Se cree que en Canarias existen entre 3.000 y 4.000 ciudadanos de etnia gitana, estando el núcleo poblacional más numeroso en La Cuesta, La Laguna.

El pueblo gitano es un pueblo transnacional que comparte una historia común de persecución, de aislamiento, de marginación, pero también comparte un idioma dialectizado en cada país, como todos los idiomas del mundo, y una cultura heterogénea en sus expresiones, basada en la biofilia "el amor a la vida", el respeto y la no violencia. Los roma sólo han tenido el papel de víctimas en todas las guerras que han asolado el continente europeo. Sus rasgos culturales más importantes son la familia, como elemento fundamental sobre el que gira la mayoría de los valores; las ceremonias sociales, el nacimiento de un hijo, el compadrazgo, la boda y la muerte; el respeto a los mayores, a los que se les considera con capacidad para resolver disputas y conflictos; espíritu de adaptación, solidaridad y, sobre todo, el amor a la libertad. Además. los gitanos son o han sido artesanos y comerciantes, y por supuesto músicos. Nadie puede negar la gran aportación del pueblo gitano al acervo musical de Europa y, muy especialmente, de España, en la que se inspiraron Falla, Albéniz, Turina, Granados etc. Por no hablar de Federico García Lorca y su "Romancero Gitano", Cervantes y su Preciosa, García Márquez y su Melquíades, Valle Inclán, Ramón de la Cruz, los Hermanos Álvarez Quintero, Francisco de Rojas, etc. Observándoles con objetividad y respeto podemos afirmar que son Patrimonio de la Humanidad, patrimonio de Europa, un patrimonio humano casi milenario que como pueblo conserva señas de identidad, su idioma, su bandera, su himno, común a todos los gitanos del mundo, que los hace únicos y a la vez nuestros.

Llegaron a Canarias en 1950 y, desde entonces, forman parte de nuestro paisaje social. Los gitanos que viven en las Islas son ciudadanos canarios por derecho, y nadie puede ni debe impedir que se pronuncien, que vivan y trabajen en lo suyo: "la venta ambulante". Ellos, que han resistido siglos de persecución, están ahí, como las piedras de La Laguna, como sus calles y monumentos. Forman parte del patrimonio lagunero, y ahora quieren hablar "camela naquerar", pero su alcalde se lo ha impedido con subterfugios burocráticos. Los que han resistido siglos de desprecio volverán a intentarlo hasta conseguirlo.