Da igual que 2009 pase a la historia como el año en el que la crisis económica afectó de lleno al Archipiélago tras décadas de crecimiento y creación de riqueza, casi todos los canarios están dispuestos a celebrar la llegada de 2010 por todo lo alto, aunque para ello tengan que adaptar la celebración a sus posibilidades.

Siguiendo con la costumbre de dejarlo todo para el final, durante esta semana se han llegado a registrar colas en "los chinos" que venden trajes de fiesta a 10, 15 y 20 euros, bolsos de noche por 5, 10 y 15 euros, y medias, fulares e incluso bisutería por menos de 10. Y es que por no más de 30 euros se puede conseguir todo lo necesario para estar a la última y despedir 2009 por todo lo alto. No obstante, los centros comerciales y las boutiques también han vendido su stock de fiesta sin demasiados problemas, aunque para ello han tenido que reducir sensiblemente los precios.

Algo similar ocurre en las peluquerías de señoras y en los salones de belleza, en las que es imposible conseguir cita para el día 31 desde hace semanas, y es que aunque muchas clientas ya no vayan una vez al mes sino cada dos meses, la cita de fin de año es ineludible para la mayoría que quiere recibir el nuevo año con su mejor cara.

Pero ellos no se quedan atrás y, o bien han tenido que gastar el dinero en llevar el esmoquin a la tintorería, o bien lo han alquilado, (tarea más que difícil, según qué talla). Hay quien incluso se ha animado a comprarlo para aprovechar los precios más accesibles de este año.

Las tiendas de alimentación también han notado bastante movimiento, aunque la mayor parte de los consumidores aprovecharon para comprar marisco hace meses y lo congelaron con el objetivo de ahorrarse unos euros, pero quien no lo hizo entonces ahora tampoco tiene demasiados problemas porque es relativamente sencillo encontrar suculentas ofertas en las tiendas de congelados, negocio este que ha prosperado en los últimos meses debido a sus precios reducidos.

Respecto a la fiesta, hay quien acudirá a las organizadas por discotecas, empresas, clubes o casinos, pero la restricción económica ha favorecido que la mayoría de los canarios finalmente se coma las uvas en casa o acuda a la de amigos o familiares para repartir entre todos los costes del cotillón y la bebida. Sin embargo, y al mismo tiempo que suenan las doce campanadas, otro grupo algo más reducido de personas dará la bienvenida al nuevo año completamente rodeado de lujos, atenciones y todo tipo de excentricidades.

Es el caso de aquellas personas que han comprado alguno de los paquetes vacacionales ofertados por los hoteles de mayor categoría de las Islas y cuyo precio oscila entre los 60.000 y los 80.000 euros por siete días.

Estas propuestas incluyen opciones tan atractivas como el viaje en jet privado hasta la Isla, el traslado hasta el hotel en limusina, y, a la llegada, además de ser obsequiados con una botella del mejor y más caro champagne francés y fresas. Quienes se decidan por esta alternativa podrán disfrutar de una amplia gama de masajes destinados a equilibrar el cuerpo y la mente inmediatamente después del trayecto, siendo especialmente recomendables los específicos para pies, cervicales y sien.

Para estos clientes, las instalaciones hoteleras han reservado las mejores suites, todas ellas en las plantas más altas del Resort, puesto que cuentan con amplias terrazas e incluso piscinas climatizadas o jacuzzi al aire libre.

Asimismo, tendrán a su disposición una carta de masajes, tratamientos de belleza y de bienestar y servicio de Spa, así como el asesoramiento de dietistas que trabajarán para poner a punto su cuerpo por dentro y por fuera.

Una vez pasada la fiesta de la noche del 31, en la que se servirán menús exclusivo de los chef más afamados y prestigiosos del país y en la que habrá fuegos artificiales, cocktails y varios ambientes musicales en directo, tendrán a su alcance la posibilidad de comenzar el nuevo año conociendo la Isla y qué mejor que hacerlo en helicóptero, o quizás se prefiera realizar una excursión por la costa, o fondear en alta mar, en yate privado, tal y como ofrece a sus clientes el hotel Abama de Guía de Isora, que además, y para que no falte un detalle pondrá a disposición de sus clientes un fotógrafo para que inmortalice el momento.

No cabe duda de que son dos maneras muy distintas de despedir 2009 y recibir el año, pero ambas celebraciones no dejan de tener un fondo muy similar, porque tanto unos como otros comenzarán 2010 con el deseo y la ilusión de que, esta vez sí, traerá consigo más y mejores cosas que el que ya queda atrás.