El doctor Eduard Estivil de la Clínica del sueño Estivil recomendó ayer a las personas mayores evitar el uso de fármacos para dormir por las noches porque la reducción del sueño en la edad avanzada es algo "normal".

Así lo manifestó este experto antes de impartir la conferencia titulada "¿Cómo dormimos las personas mayores? Dormir bien para vivir más y mejor" en el recinto ferial de Gran Canaria. Según Estivil, "desde el punto de vista científico existen distintas formas de dormir en función de la edad; no duerme igual un niño de cuatro años que un adulto o una persona mayor. La persona mayor necesita menos horas de sueño durante la noche y en cambio hace dos o tres pequeñas siestas durante el día".

"El sueño es como una fábrica donde reparamos y restauramos todo lo que necesitamos para el día siguiente. Por tanto, un niño que gasta mucho físicamente y aprende mucho necesita que esta fábrica trabaje muchas horas por esto necesita 10 u 11 horas de sueño y una persona a partir de los 65 años gasta menos, porque se mueve menos físicamente y aprende menos, porque ya sabe muchas cosas, con lo cual su sueño no necesita ser tan largo", dijo el experto.

No son necesarios

Por eso, añadió Eduard Estivil, "si esto no se sabe, mucha gente mayor piensa que tiene que dormir 8 ó 9 horas y entonces toman demasiados medicamentos para dormir que muchas veces no son necesarios". De esta manera, el doctor apostó por "intentar evitar el consumo de fármacos innecesarios, porque sí que es cierto que antes no se sabía nada de esto y los mismos médicos daban pastillas para dormir, pero hoy en día se sabe que no son tan necesarias".

Estivil explicó que estos cambios en el sueño se producen "normalmente a partir de los 60 ó 65 años, cuando se van reduciendo poco a poco las horas de sueño de la noche y en cambio aumentando, poco a poco también, el sueño durante el día".

La disminución del tiempo total de sueño (mucho tiempo en la cama y poco durmiendo), el aumento de la calidad y duración de los despertares nocturnos, la disminución espectacular del sueño profundo y la mayor somnolencia y fatiga diurna son hechos que caracterizan el sueño del anciano.

En los ancianos el número de despertares varía entre 8 y 40 por noche, lo que representa entre 1 ó 2 horas de vigilia nocturna, en vez de algunos minutos, como sucede en el adulto joven.