El principal problema de los niños procedentes de la adopción internacional es el del apego y adaptación a su nueva vida y no las enfermedades o patologías que puedan arrastrar de sus países de origen, que suelen ser en la mayoría de los casos de carácter leve.

Así lo aseguró ayer el doctor Jesús García Pérez, experto médico en adopción internacional y miembro de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), que durante tres días ha reunido en Oviedo a más de 1.300 especialistas de todo el país en su XXIII Congreso Nacional. En una rueda de prensa, el doctor García Pérez afirmó que en España "no hay grandes problemas" con estos niños, pese a que circule el mito de que muchos de ellos van a presentar una gran problemática.

En su opinión, estos niños suelen presentar normalmente las patologías típicas del país de destino, es decir, las mismas que los niños autóctonos.

No obstante, reconoció que se dan también algunos matices, porque muchos de ellos suelen llegar con malnutrición o problemas dermatológicos banales, así como con retraso en su desarrollo.

Según los datos que maneja la SEPEAP, en torno al 25 por ciento de estos niños presentan un retraso leve en el desarrollo de peso y talla, y entre un 5 y un 25 por ciento malnutrición o retraso de talla de mayor grado mientras que raramente, en torno al 2 por ciento, aparecen problemas de mayor gravedad, como el raquitismo o infecciones crónicas.

Para García Pérez, estos problemas son menos preocupantes que los que van asociados a niños que en muchos casos han sido abandonados en orfanatos o que han pasado por diversas familias de acogida en poco tiempo y que les lleva a tener un bagaje emocional que es importante valorar.