El 80 por ciento de las mujeres inmigrantes que viven en España, en situación regular o irregular, trabaja como empleadas de hogar, un sector "caracterizado por la informalidad y la precariedad" y que les otorga "poco reconocimiento social", según refleja el estudio de trabajo doméstico "Tenemos la persona que necesita. Tres meses de garantía", presentado ayer por la Federación de Mujeres Progresistas.

El informe, que recoge datos de 2008, señala que de las 794.148 mujeres afiliadas a la Seguridad Social que se registraron el pasado mes de diciembre, aproximadamente el 20 por ciento lo estaba en régimen de Empleados de Hogar.

"La forma en la que hombres y mujeres se insertan en el mercado laboral está condicionada por el modelo de género dominante en las sociedades horizontales: el hombre, ocupa la esfera pública y la mujer la doméstica", apunta el informe.

Según denuncia, la relación de la mujer extranjera trabajadora en España con el mercado de trabajo "se halla marcada por la temporalidad, la ausencia de contrato, los salarios bajos y los puestos de trabajo de categoría inferior". No obstante, subraya que se podría lograr un mayor reconocimiento social de ellas "mediante su profesionalización, a través de la obtención de un certificado oficial que acreditase sus conocimientos y capacidades".

La clase y la etnia

A este factor se unen otros dos que resultan "fundamentales" para entender el estado de la cuestión "la clase y la etnia". En esta línea, matiza que el hecho de que 80 por ciento de las inmigrantes se dedique a este sector es porque son "necesarias como mano de obra, pero tienen escaso o ningún poder de presión en las instituciones" y denuncia que la falta de normativa comparable a otros sectores "retroalimenta la perpetuación de la precariedad".

Por otra parte, basándose en cifras de 2008 ofrecidas por el Observatorio de Inmigración del Ministerio de Trabajo, el informe destaca que el 46,9 por ciento de las ocupadas son trabajadoras "no cualificadas", mientras que el 30,2 por ciento se concentra en servicios de hostelería, personales, comercio y otros.

Las españolas también tienen presencia en los servicios (22,6 por ciento) aunque, en su caso, se distribuyen de forma significativa entre otros dos grupos de trabajo: "Técnicas y profesionales científicas e intelectuales (18,1 por ciento) y "Empleadas de tipo administrativo" (16,3 por ciento).