El uso de anticuerpos en lugar de altas dosis de quimioterapia puede reducir los efectos tóxicos a corto y largo plazo relacionados con los trasplantes de médula ósea con células madre en niños, y garantizar mayores tasas de éxito.

Así lo afirma el doctor Persis Amrolia, del Hospital Infantil Great Ormond Street de Londres, en un artículo que publicó ayer la revista The Lancet, en el que recomienda lo que define como un régimen de acondicionamiento de baja intensidad para preparar a los menores que recibirán un trasplante de estas características.

Los niños con inmunodeficiencias primarias sufren defectos genéticos en sus sistemas inmunitarios que les convierten en altamente vulnerables ante las infecciones y otras complicaciones, y sin un trasplante de médula la mayoría están condenados a morir.

Rechazos

Los trasplantes con células madre son la solución para curar a estos menores, cuya preparación tradicional para la operación incluye tratamientos de quimioterapia y radioterapia, a veces ambos combinados, para prevenir el rechazo del trasplante.

El problema es que estos tratamientos pueden producir daños graves en el hígado, el estómago y los pulmones del paciente, así como problemas de crecimiento e infertilidad en el futuro.

La mortalidad a resultas de estas técnicas de preparación es especialmente alta entre los bebés de menos de un año y entre los menores que ya sufren problemas hepáticos o respiratorios, según el estudio realizado en el citado hospital infantil de Londres.