La celebración del bicentenario de las insurrecciones americanas contra la administración colonial española se ha convertido en Bolivia en otra víctima de la enconada pelea que mantienen el presidente, Evo Morales, y la oposición.

Bolivia afronta dividida la conmemoración de la primera revuelta de América contra el dominio español, ocurrida el 25 de mayo de 1809 en la ciudad de Sucre, entonces llamada La Plata, y sede de la Audiencia de Charcas que abarcaba el actual territorio boliviano.

En esa ciudad, reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad por la arquitectura colonial que conserva, la intelectualidad y la naciente burguesía de la región se levantó contra el presidente de la Audiencia de Charcas.

La sublevación de La Plata (Sucre) fue la primera contra España. Le siguió La Paz el 16 de julio y después la formación de una junta de gobierno en Quito el 10 de agosto del mismo año, mientras que otras ciudades americanas hicieron lo propio en 1810.

El historiador sucrense Joaquín Loayza dijo que en La Plata se inició la sublevación que originó la guerra de independencia americana que recoge el espíritu de las revoluciones de Francia y EE.UU. y su trasfondo de desarrollo burgués.

Sin embargo, este mérito, en lugar de celebrarse de forma unitaria en Bolivia, se ha convertido en una razón más para que Morales y los líderes de la región de Chuquisaca, cuya capital es Sucre, refloten sus diferencias sin posibilidades de un reencuentro para estas fechas.

"La verdad es que nos duele a todos. Hace cinco años cuando se organizó el primer comité del bicentenario teníamos otra idea de cómo se podía celebrar esa fecha", comentó el historiador Loayza, subdirector del Archivo Nacional de Bolivia, con sede en Sucre.

El Gobierno y los líderes de Chuquisaca han cruzado denuncias y acusaciones sobre la falta de consenso respecto a los actos que finalmente serán paralelos, lo cual ha causado una gran confusión entre los invitados, y en particular entre los embajadores acreditados en La Paz.

Morales y las organizaciones campesinas de Chuquisaca celebrarán sus homenajes en la localidad El Villar, distante 200 kilómetros de Sucre y a seis horas de viaje en coche por una ruta sinuosa que, según fuentes de la Alcaldía, también es peligrosa.

Hasta allí, que es donde la heroína Juana Azurduy formó parte de un ejército rebelde en la guerra de la independencia, viajarán los embajadores acreditados en La Paz invitados por Morales.

La alcaldesa de Sucre, Aydeé Nava, dijo a Efe que los diplomáticos se han disculpado con ella porque no asistirán a los actos que se celebrarán en esa ciudad por atender la invitación del presidente.

"Las autoridades nacionales muestran una venganza porque tienen poder", dijo Nava, quien considera que la decisión del Gobierno de hacer actos paralelos muestra "mezquindad" con los sucrenses en los que va creciendo "el resentimiento" contra el Ejecutivo.

En medio de la confusión sobre qué actos son relevantes o dónde se realizarán, esta semana se han suspendido la sesión de honor del Parlamento Andino y una reunión de presidentes de Cortes Supremas de Iberoamérica que debían realizarse en Sucre, lo que ha deslucido la celebración regional.

Las diferencias entre los líderes opositores de Sucre y el Gobierno vienen desde el 2006 cuando la Constituyente relegó la petición de esa ciudad de ser otra vez la sede de los tres poderes del Estado y no sólo del Judicial como actualmente.

Ese pulso estalló de forma violenta en noviembre del 2007 cuando murieron tres sucrenses en protestas antigubernamentales y después tuvo una replica, el 24 de mayo del 2008, cuando un grupo de campesinos seguidores de Morales fue agredido y humillado en la plaza de Armas de Sucre por parte de jóvenes autonomistas.

El Gobierno ha justificado su distanciamiento de los líderes de Sucre acusándolos de ser parte de las "oligarquías" y "la extrema derecha racista" opositora al mandatario y la causante de las agresiones a los campesinos el año pasado.

Para un acto de desagravio a los campesinos que pretende ser masivo, Morales tiene previsto visitar el domingo Sucre después de mucho tiempo, antes de partir el lunes hacia El Villar.

La alcaldesa Nava ha replicado exigiendo disculpas de parte del Gobierno por los tres muertos de 2007, al tiempo que recomendó a la población que el domingo no salga de sus casas para evitar nuevos incidentes callejeros con los campesinos que recibirán a Morales.