Las emisiones de gases de efecto invernadero en España disminuyeron el pasado año un 6,5 por ciento respecto al ejercicio anterior, debido en buena parte a la crisis económica que ha provocado una moderación en el consumo de electricidad y en el uso del vehículo privado y del transporte de mercancías.

Los dados han sido facilitados hoy por el sindicato Comisiones Obreras y la representación española de la revista World Watch, cuyos responsables han apuntado que a pesar de este descenso -el mayor desde 1990- las emisiones en España se sitúan un 42,7 por ciento por encima de las de aquel año, utilizando como referencia en el Protocolo de Kioto de lucha contra el cambio climático.

Los responsables de Comisiones Obreras han reconocido que más allá de la actual coyuntura económica, el descenso de la emisiones se debe también en parte a los cambios que se han producido en el "mix" de generación eléctrica.

Han destacado en ese sentido la contribución de las energías renovables, sobre todo la eólica, a la reducción de emisiones, ya que cubrieron el 20 por ciento de la generación de electricidad y evitaron la emisión a la atmósfera de veinte millones de toneladas de dióxido de carbono.