Canarias es un destino turístico mundial y este hecho hace que muchos se pregunten qué se está haciendo para evitar que lleguen pacientes infectados desde cualquier punto de la geografía.

El Gobierno de España, en primer lugar, no permite la entrada de ninguna persona que no haya rellenado y firmado un formulario en el que se le pide el número de vuelo, su nombre, la dirección donde se le puede localizar en los próximos diez días y un teléfono de contacto. Dicho impreso va acompañado de otro: "Consejos a los viajeros que regresan de zonas afectadas de gripe humana de origen porcino AH1N1". En varios idiomas, este impreso recuerda que "es muy importante" que el viajero "preste mucha atención a su salud durante los 10 días siguientes a su vuelta"; "si en ese tiempo presenta alguno de los siguientes síntomas: fiebre, tos, dificultad respiratoria, contacte con los servicios sanitarios de su comunidad autónoma". Asimismo, se añade que en ese contacto con los médicos se debe informar de "su viaje a la zona afectada y la fecha de regreso".

El texto es bastante básico e insuficiente desde el punto de vista de un tinerfeño que se puso en contacto con este periódico. Jorge relató que llegó a Madrid desde México el pasado miércoles 29 de abril y que llegó hasta Tenerife sin que ningún médico le hiciera una mínima prueba.

No obstante, Jorge relata que pasó un mes en Cancún y que allí "no había nada". Ni personas afectadas ni nadie con mascarillas. Aunque sí había algún problema en la capital y en algún estado del norte, según lo que vio por la televisión mexicana.

Sin embargo, cuando embarcó en el avión en Cancún se encontró con la estampa de que toda la tripulación de Air Europa llevaba mascarillas y guantes de goma. Entre los pasajeros, "cerca de 300, la mitad llevaba mascarillas y la mitad no". Jorge se quejó de que nadie les facilitara mascarillas, "aunque fuera pagando".

Falta de formularios

Este tinerfeño ya casi ha superado el periodo de 10 días de incubación, pero considera que no se tomaron todas las medidas de prevención necesarias. "Ningún médico nos examinó cuando llegamos", asegura, y añade que se plantó en Tenerife sin que nadie le hubiera tomado ni la temperatura.

Como detalle comenta que el avión no contaba con suficientes formularios para todos los pasajeros. "Cuando aterrizamos, antes de bajar del avión, les dieron los papeles que faltaban", añadió.

Algo parecido ocurrió en un vuelo de Delta Airlines procedente de Nueva York el viernes 1 de mayo. El avión tuvo que dar la vuelta cuando se encontraba en posición de espera en la pista de despegue para conseguir los cerca de 40 formularios que les faltaban, según pudo comprobar sobre el terreno este periódico.

En dicho avión viajaba una minoría de personas que se habían comprado mascarillas. La tripulación y el resto de pasaje no utilizaban este tipo de medidas. A la llegada a Barajas, los agentes de la Policía Nacional que reciben a los pasajeros extranjeros sí estaban dotados de mascarillas y guantes de goma.

El formulario que tuvieron que rellenar los pasajeros de este vuelo procedente de Nueva York incluía un dato relevante: el asiento ocupado por esa persona. Una forma eficaz para comprobar las personas que han tenido contacto con un posible infectado.

Sin embargo, cuando los pasajeros de este vuelo acudieron a la cinta indicada a recoger las maletas se encontraron con que compartían cinta con un vuelo procedente de Cancún y que estaban rodeados de personas con mascarillas que procedían de la zona de origen del virus AH1N1. Cerca de un cuarto de hora después anunciaron por megafonía que cambiaban el número de cinta por el que tenían que recoger el equipaje a otra más alejada, para alivio general del pasaje procedente de Nueva York, muchos de ellos españoles que regresaban a casa después de un período vacacional.

Jorge resume que entiende que una situación de este tipo es muy complicada de manejar, pero opina que el Ministerio de Sanidad español debería hacer algo más que aconsejar que, si se siente uno mal, vaya al médico. "Eso ya lo hago yo sin que haga falta que me lo diga nadie", concluye irónico.