Los profesores Ana Hardisson (Filosofía), Luis Balbuena (Matemáticas) y Miguel Ángel González (Biología) protagonizaron ayer la segunda jornada del foro "La nueva Ilustración", organizado por CajaCanarias, donde debatieron sobre el estado actual de la enseñanza.

Hardisson lamentó la pérdida de prestigio social del docente, un fenómeno, precisó, que data de hace treinta años, y se mostró partidaria de "señalar con nombres y apellidos" a los que actúan mal, pero "no desprestigiar en general", dado que el profesorado constituye, a su juicio, "un sector social cuya dignidad debe preservarse".

Balbuena coincidió en valorar la labor de los enseñantes y aseguró que "en la mayor parte de los centros se hacen cosas positivas", aunque raras veces se difunden. Asimismo, recordó que los profesores están "organizados en sociedades para mejorar materiales y metodologías. ¿Qué otro colectivo se organiza así?", se preguntó.

Por su parte, González señaló que "es evidente que el prestigio del docente se ha devaluado" y advirtió de que "si no compartimos la visión del profesor como un colaborador estamos perdidos".

En cuanto a las voces que alertan sobre el deterioro del sistema educativo, Ana Hardisson señaló que -aunque "cuando hay alarmismo es que hay algún fondo real"- existen "modas" que llevan a descalificar al alumnado actual frente al de hace décadas. Además, aclaró que algunas situaciones no son exclusivas de la educación, sino que tienen un origen social, al tiempo que defendió los contenidos de la reforma educativa, en la que "falló el presupuesto".

Reacio al cambio

"El sistema educativo está demasiado anclado en muchas cosas y, en ciertos aspectos, se resiste a los cambios", afirmó Luis Balbuena, quien puso como ejemplo las matemáticas, en la que "los contenidos y la metodología siguen siendo prácticamente los mismos que hace cuarenta años".

Respecto a la reforma, Balbuena relató que, en su instituto, se puso en marcha un programa para tratar a los alumnos conflictivos en el que "la Consejería puso recursos", por lo que fue un éxito. "Si se hubiesen puesto los medios necesarios en todos los contenidos de la reforma, los resultados habrían sido buenos", indicó.

Para Miguel Ángel González, es "preocupante" el "grado de insatisfacción de la comunidad educativa: hay demasiado desasosiego y eso es un síntoma de intranquilidad", reflexionó.