COMO lo demostraron esos hitos de la Modernidad representados por el Renacimiento y la Ilustración, la armoniosa coexistencia de la cultura "humanista" y la cultura "científica" ha sido el humus que ha permitido florecer a la "cultura" sin más en Occidente, así como tendría que estar llamada a integrar postmodernamente hoy a esta última en el más amplio contexto de la "multiculturalidad" global. Si alguna lección puede extraerse de la famosa polémica entre las llamadas "dos culturas" o "tres culturas" (ciencias naturales, humanidades y ciencias sociales, etc.), esa lección no es otra que el acierto de cada una de las partes al afirmar la cultura propia y su respectivo error en el desprecio de las culturas ajenas.

La creciente y no necesariamente negativa transformación a nivel planetario de la ciencia contemporánea en tecnociencia, asociada a fenómenos tales como el divorcio entre la investigación básica y la ciencia aplicada a la deriva tecnocrática en la gestión de esta última, amenaza con convertirse en el azote no ya de las humanidades sino del "humanismo" que las hizo posibles, de lo que es buena muestra el recientemente denunciado "desmantelamiento de la Universidad" en países como el nuestro y la imposición de políticas universitarias de las que apenas cabe esperar fundadamente otra cosa que el fomento de la "incultura", si es que no lisa y llanamente la barbarie.

* Doctor en Filosofía, Doctor Honoris Causa por la Universidad de La Laguna y autor de numerosas publicaciones, participante el día 10 de marzo en el Foro La Nueva Ilustración que organiza CajaCanarias.