Los porcentajes de natalidad en todos los países europeos son demasiado bajos para mantener el actual nivel de población en el continente, según un análisis del Instituto Max Planck de Investigaciones Demográficas, que tiene sede en el puerto báltico alemán de Rostock.

El estudio hecho público ayer destaca que los porcentajes de nacimientos son más elevados en el Norte y Occidente de Europa que en el Este y el Sur, como en España que tiene uno de los índices más bajos, con sólo una media de 1,3 hijos por mujer.

Al llamado nivel de reemplazo, de 2,1 nacimientos por mujer, sólo se acercan Francia, Gran Bretaña, Irlanda y los países nórdicos, donde la natalidad oscila entre 1,8 y 2 hijos.

Los países de habla alemana y los restantes del centro, este y sur de Europa tienen índices de natalidad muy inferiores, de entre 1,3 y 1,5 nacimientos.

En el caso de España destaca que su actual porcentaje de natalidad es de 1,2 hijos por mujer, recuerda que en 1975 era de 2,8 hijos y subraya que el nivel mas bajo se dio en 1995 con sólo 1,2 hijos.

Los sociólogos explican el bajón de nacimientos en todo el continente por el hecho de que se aplaza hasta una mayor edad la formación de una familia, en muchos casos por la inseguridad laboral y unos estudios prolongados.

"En los países nórdicos, donde la infraestructura para el cuidado de los menores está muy desarrollada y donde los hombres asumen con frecuencia tareas del hogar, la decisión de procrear es mas fácil", señala el estudio, que será publicado por la revista especializada "Demographic Research".

Comenta que el cambio cultural y de valores que se produjo en el Norte y Occidente de Europa en las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado en relación con la fundación de familias condujo a un fuerte descenso de la natalidad.

Sin embargo, esa tendencia se ha invertido y la "hasta ahora negativa relación entre el cambio cultural y de valores frente a los índices de natalidad adquiere ahora un giro positivo".

El instituto de Rostock destaca que la inmigración desde terceros países ha conducido a una mejora de los índices de natalidad en Europa.

En el caso de ocho países escogidos de Europa Occidental -España, Portugal, Francia, Italia, Austria, Alemania, Holanda y Gran Bretaña-, las inmigrantes hicieron aumentar entre 1997 y 2006 las cifras de nacimientos de un tres a un ocho por ciento, aunque sigue siendo insuficiente.