Gema Gallardo, directora general de la asociación Provivienda, destaca la apuesta que ha hecho el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para atender a personas sin hogar con la puesta en marcha del programa Hábitat. Esta entidad es la encargada de buscar las casas que ocuparán estos sintecho. De las diez previstas ya han seleccionado siete.

¿Cuánto tiempo se lleva trabajando en esta iniciativa?

Empezamos a buscar viviendas en verano. No es fácil encontrarlas en estos tiempos que corren, pero ni en Canarias ni en ningún otro punto de España donde trabajamos.

¿Qué tipo de perfil se busca?

Viviendas de entre uno y dos dormitorios, porque es para una persona sola. Normalmente es muy difícil encontrarlas de una sola habitación en el parque de segunda mano. Preferentemente las buscamos con buena accesibilidad, porque las personas que las van a ocupar pueden tener la salud deteriorada y con alguna dificultad funcional de movilidad.

¿En algún barrio concreto?

Buscamos barrios que sean acogedores, con acceso a servicios cercanos, con comunicación en transporte público, que no sean conflictivos... En definitiva, que tengan una vida de barrio, porque son entornos en los que las personas se suelen sentir más acogidas y se adaptan mejor.

¿Las viviendas en cuestión se adquieren o se alquilan?

Se alquilan. El titular del contrato de alquiler somos nosotros, lo que facilita la captación de inmuebles. A la persona se le hace una cesión del uso.

¿Se busca primero la vivienda y luego el usuario, o viceversa?

Primero la vivienda, y cuando la tenemos ya se empieza a trabajar con las derivaciones de las entidades sociales o los servicios públicos.

¿Existe riesgo de que la personas elegida no se adapte a la nueva vida?

Ninguno. El "housing first" (la vivienda lo primero), paralelamente a la intervención que se hace con las personas, tiene un sistema de evaluación riguroso y muy testado que mide la estabilidad de las personas en las viviendas. Desde que llevamos trabajando con este sistema, el índice de estabilidad es casi del cien por cien. Tal vez esa es una de las cosas que más convencen de este modelo. Está basado en evidencias, no solo en España, sino también en otros países en los que lleva años funcionando.

¿En qué escalón estaría España ahora mismo en aplicación de esta iniciativa?

Muy incipiente. En otros sitios hay una apuesta política firme a nivel estatal. Aquí la apuesta clara y contundente la ha hecho el Ayuntamiento de Santa Cruz. Hemos empezado con diez viviendas, pero lo que queremos es ir trabajando para erradicar el sinhogarismo en el municipio. En España, lo que ocurre, es que esa apuesta no es a nivel estatal, con apoyo de todas las administraciones. Todavía estamos muy lejos de la coordinación entre administraciones con el objetivo de erradicar el sinhogarismo. Nos falta voluntad política global.

¿Este es el sistema que se va a imponer en el futuro para tratar de acabar con las personas sin hogar?

Se impondrá si existe esa voluntad política. Pero creo que sí, porque cada vez más municipios se van sumando a esa iniciativa. Y son municipios importantes en sus territorios, además de algunas comunidades autónomas. Cuantas más personas haya alojadas a través de esta metodología, mejor, porque se producirá un efecto contagio.

De cualquier manera, habrá que trabajar en otras vías.

Sí. El "housing first"es solo una de las medidas que se tienen que adoptar para erradicar el sinhogarismo. Pero hay que evitar que sigan llegando personas a la calle, y eso son medidas preventivas.

¿Las personas que se elegirán en Santa Cruz son usuarios del albergue municipal, o no tiene por qué ser ese perfil?

Lo ideal es que sean personas que viven en la calle. Los recursos que estén trabajando en el municipio son los que irán derivando al equipo de "housing first"alas personas, y se irá testando si cumplen el perfil que se requiere. Con los seleccionados se hace un sorteo y diez pasarán a ocupar las viviendas. El resto formará parte del grupo control, que sirve para comparar la evolución de las personas que participan y las que no en el proyecto.

¿Existe algún caso en el que haya fracasado esta metodología?

No. El equipo de apoyo en las viviendas también trabaja para favorecer la estabilidad de la persona en la casa. La gente ve su vida en la vivienda como una clara mejora y una oportunidad. Aunque eso necesita su tiempo, la gente lo valora.

¿Cómo suele ser la reacción de los vecinos ante la llegada de estas personas?

En general, bien. Mientras la familia o las personas que vaya a las viviendas asuman las normas de la comunidad como todos y no generen conflictividad, los vecinos lo terminan asumiendo. En cualquier caso, tenemos un equipo que interviene y media si hay dificultad. Hay que tener en cuenta que es gente que lleva tiempo sin vivir en una vivienda y en una comunidad de vecinos.

El proyecto en Santa Cruz contempla diez viviendas. En los cuatro años que dura el programa, ¿se va a aumentar el número?

Inicialmente, el convenio con el ayuntamiento es de 10 viviendas en los próximos cuatro años. Pero el alcalde ha manifestado el interés en que se amplíe si este proyecto sale bien.