Jóvenes, varones y extranjeros, en este caso comunitarios. Es el perfil -opuesto al "retrato" de quienes viven en la calle en el municipio capitalino- de dos indigentes que llevan muchos meses "moviéndose" por la zona centro de Santa Cruz. De la plaza Weyler a San Lucas, Robayna o Castillo. Y vuelta. Los vecinos del entorno expresan su "preocupación" por el estado de deterioro que presentan -no solo en lo físico- estas dos personas sin hogar.

"En uno de los casos, el de quien lleva una poblada barba, gabán y mochila -explican las fuentes- hace más de un año que vaga por las calles. Es tranquilo y apenan las condiciones en las que está". El otro, siempre con un jersey, bermudeas y tenis de color negro, se pasa el día caminando.

Ambos presentan "suciedad incrustada en sus manos, uñas largas y la muestra de una dejadez máxima en cuanto a la higiene personal. Van llenos de mugre de arriba a abajo". Y, aclaran, "una mala higiene puede producir enfermedades. O, incluso, una sepsis si lo dejan así mucho tiempo".

Tanto uno como otro "van por las papeleras rebuscando lo que puedan encontrar". y al menos uno de ellos "duerme en la calle, en cajeros o bancos pero no habla nada de nada". El otro, por el contrario "lo hace por los codos, pero solo con él mismo o con interlocutores imaginarios e imaginados".

Los vecinos se preguntan "si las familias los estarán buscando y no pueden volver a sus países". Les "da mucha la pena ver así a las personas" y reclaman "que los lleven a algún lado o al menos que se les ponga en tratamiento".

Peor no es tan sencillo como parece. Lo explican desde la concejalía de Asuntos Sociales: "Ambos son conocidos del servicio de Unidad Móvil de Acercamiento (UMA), que les ha hecho seguimiento y atendido en ocasiones. Se les han ofrecido todos los servicios, pero no quieren acudir a ellos ni salir de la calle".

"Tienen problemas mentales - concluyen desde la concejalía-, pero hay un protocolo que cumplir y exige que quieran ir a algún lado. Además, es un juez el que debe decidir. No son peligrosos y la UMA mantiene su calidad de vida en el máximo posible".

"D9" puede ser holandés

"D9" es como se conoce en el ámbito del trabajo social con personas sin hogar a quienes no están identificados. Es el caso de este hombretón, de barba poblada y edad indefinida, aunque joven. Suele sentarse en las paradas del tranvía, sobre todo la de Weyler, o descansar en bancos de la zona centro y dormir en cajeros. Registrado por los servicios sociales desde marzo del año pasado, se ocupan de él puntualmente, pero no quiere ayuda ni hablar con nadie. Podría ser inglés u holandés. Se ha pasado un informe a la Policía, competente en la tarea, para identificarlo y luego tomar medidas como comunicarse con su embajada o tratarle de un problema mental.

Ray, un irlandés errante

Ray tiene nombre, apellidos y nacionalidad conocida. Es irlandés y recibe más de 100 euros semanales de pensión de su gobierno. De "ida y vuelta" porque igual está en Santa Cruz, sobre todo en Méndez Núñez o Castillo -arriba y abajo- que en el Sur de la isla. La última vez que se le vio por aquí fue el pasado 7 de enero. Vivió un tiempo en el Albergue tras salir de la calle a donde volvió luego. Diagnosticado de esquizofrenia, pero no tratado, la intención es que Salud Mental actúe y se le pueda medicar. Suele hablar solo o con las alcantarillas sobre todo la que está al principio de la calle Castillo y al final de la plaza de la Candelaria.

Los datos globales para enmarcar el retrato: la UMA atiende a entre 80 y 90 personas sin hogar registradas en la calle, más otras 70 en servicios asistenciales. El listado del Albergue y el CME suma 130. Casi 300 en total.

La pobreza "se cronifica" en la ciudad

"No hay mucha más valoración que hacer, salvo reconocer los datos que aporta la ONG en su balance del año tomando como base a las personas de atiende. Es cierto que s e aprecia una cierta cronificación de la pobreza". Así se manifestaron fuentes de la concejalía de Asuntos Sociales de Santa Cruz respecto a lo desvelado por la Asociación Kairós en su resumen del año pasado con "un repunte, al tener que entregar alimentos a 2.981 personas, apenas 100 menos que el peor año de la crisis". La concejalía entiende que "las cifras están directamente ligadas con el empleo o, mejor dicho, con la falta del mismo". Pero, añaden las fuentes, "esta ciudad ha bajado el número de desempleados hasta descender de 24.000 y desde el IMAS se atienden a 17.000 familias. El aspecto asistencial y de ayudas queda garantizado con esto y los correspondientes subsidios de desempleo u otras ayudas como las del Cabildo"

En el balance, Kairós señala como razones de ese repunte "la precariedad laboral y la falta de perspectivas de las familias para encontrar un trabajo digno que cubra las necesidades básicas".

Una treintena de asociaciones entregan alimentos de manera regular a los más necesitados del municipio capitalino. En el caso de Kairós más del 90% de las 1.010 familias atendidas en 2016 (900 en 2015) proceden de Santa Cruz). Así, 24 unidades familiares acudieron en diciembre por primera vez a la asociación para recibir alimentos y casi 300 han tenido que hacerlo de manera regular durante todo el año.

Cabe destacar otros dos aspectos en este resumen. Por un lado, el tipo de familia, ya que han descendido las numerosas y aumentado las de pocos miembros. Por otro, el envejecimiento de la población con el alza del atendimiento a los mayores, aunque el 50% de las unidades atendidas tenían algún menor a su cargo.

Por último, hay que ponderar la frecuencia con la que las familias acudieron a recoger alimentos. En este sentido, de las 1.010 atendidas, 170 (16,9%) lo hicieron cada mes. En once ocasiones fueron 78 (7,8%) y hasta diez veces, 48 (4,8%). Es decir que casi 300 familias (29,3%) se acercaron a la sede de esta ONG de forma regular, diez o más meses al año. Una tendencia que permite concluir que "la pobreza se cronifica en el municipio".