Una rama de olivo es el símbolo mundial de la paz, y además es un elemento característico de la tradición cristiana. Dos aspectos que, desde este miércoles, están unidos en el barrio de Miramar.

Con motivo del cincuenta aniversario de la parroquia de San Juan de la Cruz, los vecinos sembraron en el jardín anexo a la iglesia dos ejemplares de este árbol tan significativo.

La iniciativa, impulsada por el párroco del barrio, Roque Rodríguez de la Guardia, pretende dejar constancia de una celebración importante para la parroquia, una de las pocas de la Isla que aún se mantiene integrada en un edificio de viviendas. La nueva tendrá que esperar aún.

Para conmemorar el aniversario de la inauguración, de la que se tienen pocos recuerdos gráficos, la parroquia acogió, primero, una misa, y, posteriormente, la siembra de los dos olivos.

Previamente se habían realizado los huecos por parte del área de Servicios Públicos del Ayuntamiento, que estuvo representado por el concejal Dámaso Arteaga.

Los actos continuaron con una procesión por las distintas calles del barrio y culminaron con una exhibición pirotécnica.

"Los olivos son el árbol de la paz y las ramas de olivo se bendicen en Semana Santa. Desde ahora el barrio tendrá sus ramas aquí", indicó el padre Roque, quien había avisado de su intención a los vecinos en la misa del pasado domingo.

El padre Roque, también capellán del Hospital Universitario de Canarias (HUC) ya había llevado a cabo una iniciativa similar en la parroquia de San Pío, también con motivo de los cincuenta años de su puesta en marcha.