"Estuvieron la mañana del miércoles y hoy (por ayer) ya no han venido. Agradecemos que estas dos personas quieran pintar el local, pero solo este espacio interior tiene 264 metros cuadrados, el color de las paredes es violeta y lo único que traían era una lata de 16 litros de blanco. Sin materiales, ni siquiera una espátula, cuando el problema está fuera porque hace más de 30 años que la fachada exterior tiene humedades que se filtran dentro". Así se manifestó ayer un portavoz de la asociación de vecinos de Cueva Roja, en la zona alta del municipio, sobre "la visita" de operarios integrados en el convenio de empleo entre el Ayuntamiento de Santa Cruz y el Gobierno de Canarias.

"De todas maneras -apuntan-, es de agradecer el detalle de que por primera vez en mucho tiempo desde el consistorio se preocupen de nosotros". Señalan que "aquí, cuando llueve fuerte, y este pasado invierno lo hizo mucho y muy seguido, los charcos llenan el interior del local. Es casi como si lloviera dentro porque los cierres de silicona de las ventanas y las uniones de techos y paredes ya no resisten la fuerza del agua. Hemos pedido de forma reiterada una solución pero esta no lo es desde luego".

Indican que "hubiera sido mejor darnos los materiales y nosotros mismos hubiéramos hecho la reforma, con todo el respeto a los chicos que vinieron". Porque, añaden, "casi todos en el barrio tenemos conocimiento y experiencia en el sector de la construcción. Es difícil de comprender lo que han hecho".

Otra crítica es que en las cuadrillas no haya "ni una sola persona de este barrio cuando el nivel de paro supera en esta zona el 90% de la población activa".

EL DÍA lo comprobó, al menos en parte, durante una visita que coincidió con la partida de billar de un grupo de jóvenes la mañana de este jueves en horario laboral y con la sede social como escenario.

"Aparte de la ironía, es casi un insulto pretender arreglar algo con iniciativas como esta. ¿Se están burlando de nosotros o qué?", concluyen los vecinos de Cueva Roja.