El parque de La Estrella, en el barrio de Santa María del Mar, es el parque de los laureles de indias. Durante años, cuando se trasplantaba uno de estos árboles de la avenida Anaga o de cualquier otro lugar, siempre se decía que se llevaba al parque de La Estrella. Cerca de 20 ejemplares contamos en una reciente visita. Sin embargo, la presencia de estos majestuosos árboles contrasta con la dejadez de un espacio que no tiene ni un parque infantil y los bancos para sentarse se limitan a los que están en su rosa de los vientos central. Parece que a este parque le sobran laureles y le falta casi de todo: papeleras, pistas asfaltadas, seguridad...

Las asociaciones de vecinos Ciudad Satélite y Alisios 2 han solicitado en varias ocasiones al Ayuntamiento de Santa Cruz que asegure o elimine un cuarto de alta tensión después de que en mayo pasado un menor se electrocutase. Aunque el torreón está asegurado con candados, pintado y con todas sus advertencias en regla, los vecinos creen que un parque no es el lugar adecuado para una infraestructura de estas características. Pero que, si tiene que estar, al menos le pongan un vallado perimetral. No deja de ser irónico, no obstante, que el parque no cuente con un columpio, pero sí con un cuadro de alta tensión.

José Hernández, presidente de Ciudad Satélite, recuerda que en los alrededores del parque de La Estrella viven alrededor de 7.000 personas, que podrían disfrutar de este parque si contara con algo más que laureles de indias.

Las asociaciones vecinales también han solicitado que se asfalte la pista de tierra mal compactada que baja desde el lateral del campo de fútbol en este parque de La Estrella. De hecho, el corte del asfalto es irregular, con goterones, como si se hubiera quedado a medio hacer.

El piche, o su falta, parece una asignatura pendiente en Santa María del Mar. La calle Chacerquen está llena de baches y de parches y Hernández asegura que no la han reasfaltado desde 1983, cuando hicieron la urbanización. El mismo trazado lleno de parches se repite en casi todas las vías de este barrio del Distrito Suroeste.

La falta de civismo es otro de los problemas. En los solares que hay frente al Mercadona o en la calle Chirama, hay residuos abandonados por algunos vecinos.

En Santa María del Mar también están estrechos de espacios colectivos. Tanto Ciudad Satélite como Alisios 2 han pedido al consistorio que rehabilite y se reabra el colegio cerrado, para destinarlo a realizar talleres, cursos de formación o a actividades de algunas de las asociaciones del barrio. Según explica José Hernández, del edificio no se usan sino dos aulas en la parte trasera por parte de una banda de música de El Tablero y de un grupo folclórico de Santa María del Mar, respectivamente. El resto está tapiado y, al parecer, con problemas de seguridad.

Las asociaciones vecinales piden que se rehabilite y reabra el colegio porque lo único con lo que cuentan es con el Centro Cultura, que inauguró Miguel Zerolo en 1996 y un local situado en los bajos de un bloque que utiliza el centro de la tercera edad Columbrete. Hernández explica que muy pronto comienzan unos cursos de Formación Profesional del Cabildo en el barrio en manejo de productos fitosanitarios que van a tener una duración de once meses y treinta alumnos. "Se hace un poco pequeño aquello", opina Hernández, en referencia al mencionado Centro Cultural.

La idea es que vayan renovando el antiguo colegio por fases, poco a poco, para que tampoco resulte demasiado oneroso a las arcas municipales. Esto y el cercano Parque Tecnológico son las esperanzas de un barrio castigado por el desempleo, ya que esperan que no sólo saquen del paro a personas en la construcción del mismo, sino que dinamicen la zona después con aquellos que irán a trabajar allí.

Otra de las instalaciones municipales, el polideportivo, está pendiente de que el Ayuntamiento de Santa Cruz reponga el cable eléctrico del campo de bochas, que fue robado.

Hay también otros aspectos que no dependen del consistorio, como que los vecinos depositen basura en descampados o que no recojan los excrementos de sus mascotas en el Parque de La Estrella y en el parque infantil que hay en lateral del campo de fútbol. Tal vez con un poco de esfuerzo municipal y de residentes, Santa María del Mar podría ofrecer una cara más amable.